Las estrellas en diciembre: Perseo, Tauro, Orión y el Can Mayor
El último mes ha llegado, y con él un panorama observacional idóneo para poner broche final al año, y saludar al que viene. En el típico frío invernal, el cielo de diciembre se caracteriza por una calidad sin parangón, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan. ¿Nos acompaña? Eso sí: abríguese bien antes de dejar el acogedor calor de la chimenea.
¿Qué puede observar en una noche típica de diciembre? Su cielo ofrece aspectos nuevos que hasta ahora no se habían comentado, pero también presenta la oportunidad de recordar los cielos de meses anteriores. Con unas catorce horas de posible observación, a lo largo de una sola velada es posible disfrutar desde el característico cielo otoñal (principio de la noche) hasta el primaveral (al borde del amanecer), pasando por el de época a eso de la medianoche. Como se ha insinuado, hay que reconocer que la probabilidad de una noche nublada en diciembre es mucho mayor que en meses estivales. Sin embargo, el espectáculo que regala una noche de este mes está al alcance de pocos fenómenos naturales. La limpieza y estabilidad atmosférica que puede alcanzar el cielo invernal permite contemplar con notable calidad una de las zonas de la Vía Láctea más ricas en objetos profundos y con mayor densidad de estrellas. En este artículo, como siempre, nos centraremos en aquellas constelaciones que culminan o están cerca de culminar (pasar por el meridiano Sur) un poco antes de la medianoche. Dichas constelaciones son Perseo, Tauro, Orión y el Can Mayor, por orden de mayor a menor altura sobre el horizonte.
El cenit de las noches de diciembre está dominado por la constelación de Perseo, en la que podemos destacar estrellas brillantes como Mirphak (Alpha Perseus, magnitud 1.75) o Algol (Beta Perseus, magnitud 2.05, primera binaria eclipsante descubierta). Perseo se encuentra entre las constelaciones de Andrómeda, Piscis y Auriga. Ocupa 615 grados cuadrados en el firmamento, siendo la 24ª constelación con mayor área cubierta. En ella se encuentra el radiante de una de las lluvias de estrellas fugaces más espectaculares del año, las Perseidas. Perseo se encuentra en pleno disco de la Vía Láctea, y por lo tanto, está dominado por estrellas jóvenes y azuladas, lo que es sinónimo de presencia de cúmulos abiertos.
Entre otros muchos objetos, en esta constelación podemos destacar:
- El doble cúmulo de Perseo: También conocido como NGC0869 y NGC0884. Se trata de dos cúmulos abiertos que se encuentran muy cercanos el uno del otro. Son fácilmente vislumbrables desde cielos oscuros a simple vista. La observación binocular o telescópica nos revela dos emjambres de cientos de estrellas cada uno. Los podemos localizar fácilmente en la bisectriz de la línea imaginaria que une las estrellas Delta Cass y Epsilon Cass. Se encuentran a 7 600 y 6 800 años-luz respectivamente; por lo tanto, aunque se encuentran relativamente cerca en el espacio, no se encuentran realmente ligados el uno al otro. Sus edades se estiman entre 3.2 y 5.6 millones de años cada uno, siendo por consiguiente cúmulos bastante jóvenes. NGC0869 se localiza hacia el Oeste (magnitud 5.3), mientras que NGC0884 se encuentra hacia el Este con una magnitud de 6.1.
- M34: Es otro cúmulo abierto, también conocido como el cúmulo espiral (the spiral cluster). Es muy fácil de observar entre el doble cúmulo y Algol. Tiene una magnitud aproximada de 5.5, se encuentra a unos 1 500 años-luz de distancia de nosotros y contiene unas 400 estrellas.
Tauro es la siguiente constelación que nos ocupa. Podemos localizarla al Sur de Perseo (al Norte de Orión). Su asterismo nos recuerda fácilmente a la cabeza y la cornamenta de un toro. De hecho, el conjunto de estrellas que forman la cabeza no son fruto de la proyección, sino que realmente se encuentran ligadas gravitatoriamente formando el cúmulo abierto conocido como las Hyades, uno de los de mayor extensión en el firmamento. Las Hyades, junto con las Pleiades, son los cúmulos abiertos más cercanos a la Tierra. Tauro es la 17ª constelación que ocupa mayor área en el cielo (797 grados cuadrados). Al igual que le ocurre a Perseo, está dominado por estrellas azuladas jóvenes, características del disco de la Vía Láctea.
En esta constelación podemos destacar los siguientes objetos:
- M45: También conocido como cúmulo abierto de las «Pleiades». Tiene una magnitud aparente de 1.6, ocupa 110 minutos de arco en el cielo y se encuentra a unos 400 años-luz de distancia. Está compuesto por unas 140 estrellas, pero las nueve más famosas (y que dibujan su peculiar asterismo) son las siete hermanas de acuerdo a la mitología griega: Alcyone, Celaeno, Electra, Maia, Merope, Sterope y Taygeta; y sus padres: la ninfa Pleione y el titán Atlas. Se puede observar muy fácilmente a simple vista, aunque se recomienda una visión con prismáticos. Se trata de un cúmulo realmente joven, y aún podemos vislumbrar una nebulosidad alrededor que no es otra cosa que el material primigenio del que fueron creadas, iluminado por su luz. Como sabemos, los cúmulos globulares son estructuras más estables que los cúmulos abiertos por su mayor número de estrellas. Así, todo cúmulo abierto está destinado a acabar disgregándose. Esta disgregación sucederá en M45 dentro de unos 250 milllones de años, según los cálculos.
- M1: M1 es uno de los remamentes de supernova más compactos y con forma mejor definida que podemos observar, en contraposición a los filamentos típicos de remanentes como el Velo en el Cisne. Una supernova no es más que la última fase (explosiva) en la vida de una estrella muy masiva. Tras dicha explosión, grandes cantidades de materia son eyectadas al medio que la rodea (formando el remanente) y en el centro queda el cadáver de dicha estrella (un púlsar o un agujero negro). En este caso, la explosión fue detectada por astrónomos chinos y árabes y se produjo en el año 1054. Posteriormente, el remanente fue descubierto por el astrónomo inglés John Bevis en 1731 e introducido en el catálogo Messier en el año 1758. El vestigio que quedó de la estrella primigenia es un púlsar. Un púlsar no es más que una estrella de neutrones en rápida rotación (30.2 vueltas al segundo en este caso) emitiendo gran cantidades de radiación en forma de cono. Dicho púlsar fue descubierto en 1968.
Orión, el cazador, es probablemente uno de los asterismos más conocidos de todo el firmamento gracias a la majestuosidad de su forma, su posición y el brillo de las estrellas que lo componen. Orión no es una constelación excesivamente grande: ocupa 594 grados cuadrados en el firmamento y ostenta la posición número 26 en el ranking de constelaciones por tamaño. Sin embargo, la densidad estelar, y la majestuosidad de los objetos de cielo profundo que en ella podemos encontrar (destacando la gran nebulosa de Orión), la hacen uno de los rincones preferidos por todo aficionado a la astronomía. Esta constelación, que realmente se parece a un cazador con su arco, se encuentra en pleno disco de la Vía Láctea y dominará el Sur en las noches de diciembre y enero. Se encuentra al Sur de Tauro y, como se ha dicho, su famoso asterismo caracterizado por el cinturón de Orión, la azulada Rigel y la rojiza Betelgeuse, no pasan desapercibidos.
Podemos destacar los siguientes objetos.
- M42: En una noche clara, sin necesidad de ser demasiado oscura, justo debajo del cinturón de Orión, podemos ver dónde descansa su espada. Si nos fijamos bien, un grupito de estrellas parecen no ser tal cosa, sino tener una nubecita a su alrededor… efectivamente, ahí hay algo especial, y es que la Nebulosa de Orión tiene una majestuosidad, belleza y posición inigualables. Nos encontramos ante uno de los objetos de cielo profundo más espectaculares del cielo. Se trata de una auténtica fábrica estelar: en la actualidad ahí se está formando un número importante de estrellas. Por otra parte, M42 es una nebulosa de reflexión, es decir, lo que se ve es el material restante de la formación estelar, iluminado por las recientemente formadas estrellas. Con una magnitud aparente de entorno a 4, sus 1 344 años-luz de distancia y su alta posición sobre el horizonte de los cielos andaluces, es observable a simple vista, y binoculares y telescopios le dejarán con la boca abierta. Dentro de este objeto podemos encontrar el trapecio, un cúmulo estelar muy joven que se puede ver fácilmente a través de telescopios pequeños o medianos en el centro de la nebulosa. Sus cuatro estrellas más brillantes forman un asterismo con forma de trapecio que le da su nombre. Aunque se necesita buena vista y aumentos para discernir dicha forma y separar sus componentes, no debería de ser un objetivo difícil.
- M78: Estamos ante otra bonita nebulosa de reflexión. Aunque mucho menos espectacular que M42, M78 también merece la pena ser observada durante las noches de diciembre en nuestra visita a Orión. Fue descubierta en 1780 por Pierre Méchain e introducida en el catálogo Messier ese mismo año. Tiene una magnitud aparente de 8.3 y se encuentra a 1 600 años-luz de nosotros. Se trata de un objeto fácil de observar y localizar con telescopios de pequeña y mediana apertura al Noreste de Alnitak, una de las estrellas del cinturón de Orión.
Si seguimos nuestro camino hacia el Sur nos toparemos con la estrella más brillante de todo el hemisferio Norte, Sirio. Sirio es una estrella doble de magnitud -1.42. La enorme diferencia de brillo que hay entre ella y su compañera, SirioB, la hace imposible de desdoblar con nuestros telescopios, hay quien afirma haberlo conseguido, por lo que le animamos a intentarlo. El Can Mayor es una pequeña constelación que se encuentra muy baja en el horizonte observada desde nuestras latitudes, y ocupa solo 380 grados cuadrados en el firmamento (posición 43).
En ella, fundamentalmente cabe destacar el cúmulo abierto M41. Este bonito cúmulo globular es muy fácil de localizar a partir de Sirio, básicamente bajando el telescopio unos cuatro grados al Sur de la estrella, y haciendo un pequeño barrido entrará en nuestro campo de visión un grupito compacto de unas 100 estrellas. Está formado fundamentalmente por estrellas jóvenes azuladas de edades comprendidas entre los 190 y los 240 años-luz y se encuentra a unos 2 300 años-luz. Aunque podríamos destacar otros objetos en esta constelación, su baja altura sobre el horizonte dificulta enormemente su observación.
Y así hemos llegado al final de este viaje. A lo largo de estos meses hemos cubierto las 41 constelaciones más notables que podemos observar desde Andalucía. Esperamos que haya sido de su agrado, que siga siendo fiel seguidor o seguidora de este portal y que nos haga llegar sus dudas y sugerencias. ¡Felices fiestas y mejor año nuevo!
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