Las estrellas en octubre: El cisne, Capricornio, Aquario y Pegaso
Los días cada vez se acortan más y más durante este mes de octubre, y eso nos lleva a un mayor número de horas de noche. A muchos les puede parecer una época triste, venimos de los meses de verano, con un sol resplandeciente y un buen número de horas de luz y emprendemos el otoño y el invierno, caracterizados por el frio y la oscuridad. Pero, amigos míos, somos aficionados a la Astronomía, y este mayor número de horas de oscuridad son sinónimo de un mayor número de horas para poder disfrutar de nuestra afición, la observación astronómica. Es cierto que este mayor número de horas de oscuridad viene de la mano de una mayor probabilidad de días nublados y de lluvia, pero nos encontramos en octubre, el mes del cambio de clima (en teoría), y por lo tanto, aún podremos disfrutar con casi total seguridad de un buen número de días sin nubes.
Eso sí, no os voy a engañar, nos encontramos ante un cielo que no nos dejará boquiabiertos. Siempre podremos encontrar objetos que nos fascinen, pero debemos recordar que empezamos a mirar (a horas razonables de observación) en dirección perpendicular al plano de nuestra galaxia, y eso es sinónimo de pobreza estelar. Hacia el sur-oeste y al principio de la noche aún podemos vislumbrar, aunque baja en el horizonte, constelaciones típicas de verano como pueden ser Sagitario u Ophiuco. El núcleo galáctico aún será observable así como una buena porción de Vía Láctea dominada por las constelaciones del Águila, la Lira o el Cisne. Hércules sigue dominando el cielo hacia el oeste y Arturo se encontrará bajito junto al resto de la constelación del Boyero. Constelaciones como el Delfín, o las que nos ocupan este mes (Capricornio, Acuario y Pegaso) van cobrando altura e importancia al avanzar una noche típica de principios de otoño. Bien entrada la noche podremos empezar a disfrutar de algunas de las constelaciones de las que hablaremos durante los meses venideros (Cetus, Piscis, etc). Pero sin duda alguna, una de las imágenes más espectaculares de una noche de octubre la encontramos hacia el final de la misma (también aplicable al pasado mes de septiembre). Justo antes de que los primeros claros del día nos comuniquen el inicio de una nueva jornada, el cielo del este estará dominado por una de las regiones más espectaculares del cielo del hemisferio norte: la zona de Tauro, Orión y el Can Mayor. Esta región se encuentra dominada por una gran cantidad de estrellas brillantes y recorrida por la Vía Láctea, pero no adelantemos acontecimientos ya que con esta región acabaremos el año, y por lo tanto, nuestro viaje por el Universo que nos rodea.
La constelación del Cisne, con sus 804 grados cuadrados en el cielo ocupa la posición número 16 en cuanto a área cubierta en el firmamento. También conocida como la «cruz del norte» por su parecido a dicha figura, se encuentra recorrida de un extremo al otro por la Vía Láctea, lo que la convierte en una región de parada obligatoria para todo aficionado a la astronomía. Sus dos estrellas más conocidas, Deneb y Albireo, son estrellas de referencia para cualquier curioso del Universo. La una por formar parte (junto con Altair y Vega) del triángulo de verano. La otra por tratarse de una de las estrellas dobles más fáciles de observar y más bonitas del firmamento. Albireo, aunque a simple vista se nos muestra como una única estrella de la magnitud 3, realmente es un sistema formado por una estrella amarilla de magnitud aparente 3.18 y una estrella azulada (magnitud 5.82). Sus 35 segundos de arco de separación y su magnitud hacen de esta estrella binaria una cita obligada en todas las actividades de divulgación. De hecho, la pregunta típica es: ¿De qué color observas cada componente? Si alguna vez enseñáis esta estrella doble a algún familiar o amigo hacedle la pregunta… seguro encontráis respuestas sin desperdicio alguno.
En esta constelación podemos destacar los siguientes objetos:
- 61Cyg: Se trata de una estrella normalita tirando a pobre a simple vista, realmente se trata de un sistema de dos enanas de las magnitudes 5.2 y 6.0. Sin embargo, la peculiaridad de este sistema (no separable con telescopios) es su cercanía y su gran movimiento aparente, lo que permitió que fuese el primer sistema al que se le midió movimiento propio, es decir, una estrella que se mueve con respecto al resto de estrellas… aún no siendo un planeta. Dicho movimiento propio fue calculado por primera vez por Giuseppe Piazzi en 1804.
- M29 y M39: Dos pobres cúmulos abiertos en esta constelación, de magnitudes 7.1 y 5.5 respectivamente. No son fáciles de observar debido a la riqueza estelar de la zona en la que se encuentran que dificulta mucho su localización.
- Nebulosa del Velo (NGC 6960, NGC 6992, NGC 6995, NGC 6974, NGC 6979): La nebulosa del Velo probablemente sea uno de los objetos de cielo profundo más espectaculares que se pueden observar en los cielo del hemisferio norte. Incluso un pequeño telescopio de 11 cm permite su observación bajo cielos oscuros como una simple franja neblinosa. Sin embargo, esta nebulosa nos muestra todo su encanto en cielos oscuros y con grandes aperturas. Yo he tenido la suerte de observarla con un telescopio de 500 mm y os prometo que recorrerla y ver sus «encajes» y formas irregulares es todo un espectáculo. Se trata del remanente de una explosión de supernova que se cree explotó hace unos 5000 a 8000 años.
Su localización privilegiada en la Vía Láctea hace que esta galaxia se encuentre dominada por un buen número de nebulosas que necesitan de dispositivos fotográficos para su detección como puede ser la nebulosa Norteamérica o la del Pelícano.
Capricornio es una de las constelaciones del zodiaco y ya existía como tal allá por el siglo II, catalogado por el astrónomo griego Ptolomeo. Ocupa el puesto 40 con sus 414 grados cuadrados en el cielo. Esta constelación dominará el cielo del sur en las noches de octubre. Se trata de una constelación formada por estrellas débiles, de entorno las magnitudes 2.5 y 4.0 (sus principales estrellas) y marca el comienzo de una zona pobre en cuanto a densidad estelar.
Pocos son los objetos de cielo profundo que podemos destacar en esta constelación, y menos aún los observables con instrumentos de aficionado. Así, podemos destacar M30, un cúmulo globular localizado aproximadamente a unos 28 000 años-luz y que tiene un tamaño de unos 90 años-luz. Fue descubierto e introducido en su catálogo en 1764 por Charles Messier. Se trata de un bonito cúmulo fácil de localizar a partir Zeta Cap.
Continuamos nuestro viaje por las constelaciones más destacables que podemos observar durante este mes de octubre con la constelación de Acuario, el aguador. Nos encontramos ante una constelación grande en tamaño (la décima más grande con sus 980 grados cuadrados). Sin embargo, al igual que en el caso de Capricornio, no nos encontramos con estrellas más brillantes de la segunda magnitud.
Mientras que en Capricornio sólo podíamos destacar a M30 como objetos de cielo profundo observables con instrumentos de aficionado, en Acuario encontramos algunos objetos bastante interesantes:
- M2: Se trata de un cúmulo globular de magnitud 6.3. Este objeto fue dscubierto por el astrónomo italiano Giovanni Domenico Maraldi en 1746 mientras que él y Jacques Cassini observaban un cometa que pululaba en las proximidades.
- M72: Estamos ante un cúmulo globular en la constelación de Acuario que se encuentra a 106 años-luz de distancia y que tiene una magnitud de 9.3. No se trata de un cúmulo fácil de observar. Telescopios modestos apenas nos mostrarán una manchita débil, y tendremos que recurrir a grandes aperturas para resolver el cúmulo.
- M73: Nos encontramos ante lo que podemos considerar el «gran error» de Charles Messier, o no, ya que su única intención era la de catalogar objetos no pertenecientes al sistema solar para que no fuesen confundidos como cometas. Se trata de un simple asterismo de 4 estrellas sin conexión alguna entre ellas… así pues, este objeto es el único catalogado por Messier que no es una nebulosa o un sistema estelar (cúmulo abierto, globular o galaxia).
- Nebulosa Saturno: Evidentemente no estamos mezclando terminos ni se me ha ido la cabeza. Nos encontramos ante una nebulosa que se llama así debido a su similitud con el planeta anillado (Saturno). Podemos localizar este objeto a partir de Nu Aq, moviéndonos hacia el sur. Se trata de una bonita nebulosa de la magnitud 8.
- Nebulosa de la Hélice (Helix nebula, NGC7293): Nos encontramos ante una preciosa nebulosa planetaria con forma de anillo que nos recuerda a M57 en la Lira pero de tamaño mucho mayor. Este mayor tamaño aparente en el firmamento hace que su brillo superficial decrezca bastante y que sea un objeto bastante difícil de observar. De hecho, necesitaremos de visión periférica (mirar de reojo) para ser capaces de detectar este gran objeto que fácilmente puede ocupar todo el campo de visión de nuestro ocular (debido a sus 12×22 minutos de arco, magnitud aparente 7.6). Es muy típico que necesitemos barrer la zona con nuestro telescopio en varias ocasiones hasta que, de repente, nos parece ver algo que se ha movido, ese «algo» no se ha movido, es nuestro telescopio el que ha apuntado a otro lugar… allí tendremos una mancha muy tenue, nuestra nebulosa de la Hélice. El uso de filtros nebulares con grandes aperturas pueden mejorar ostensiblemente su observación.
Nos encontramos así con Pegaso, sin ninguna duda la constelación que domina el cielo de Otoño, en particular su cuadrado. El cuadrado de Pegaso es un asterismo formado por cuatro estrellas de la magnitudes 2.8, 2.0, 2.4 y 2.45 en cuyo interior destaca una ausencia casi absoluta de estrellas. Con sus 1121 grados cuadrados en el cielo ocupa el lugar número séptimo en cuanto a área cubierta en el firmamento.
En esta constelación podemos destacar algunos bonitos objetos de cielo profundo:
- M15: Se trata de un precioso cúmulo globular de 18 minutos de arco de diámetro y magnitud visual 6.2 que se encuentra a 33 600 años-luz. Este cúmulo puede ser fácilmente localizable a partir de epsilon Peg y la vecina constelación del «caballito» (Equuleus).
- El quinteto de Stephan: El quinteto de Stephan se trata de un grupo de cinco galaxias en interacción (cuatro de ellas, la quinta es sólo visual) localizadas a 280 millones de años-luz. Aunque siempre ha sido visto como un conjunto de galaxias para ser fotografiado, debo dar fe de que es posible ser observado desde cielos muy oscuros y de alta calidad con instrumentos de 500 mm de apertura.
- NGC7331: Probablemente una de mis galaxias preferidas una vez observada con telescopio. Lo reconozco, no se aprecia más que mancha ovalada que nos recuerda a una galaxia de alta inclinación, sin embargo se trata de la primera galaxia que observé más allá de nuestro Grupo Local y la convirtió en una galaxia especial para siempre. Se encuentra a unos 40 millones de años-luz y tiene una magnitud visual de 10.4. Fue descubierta por William Herschel en 1784. Es fácilmente localizable formando un triángulo entre eta Peg y pi Peg.
Y con esto terminamos nuestra etapa de este mes. Etapa en la que hemos cubierto un cielo pobre de estrellas pero que, como habéis podido ver, siempre tiene algo con lo que sorprendernos. Durante el mes que viene continuaremos por nuestro recorrido por las constelaciones del hemisferio Norte.
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