Clúster-II regresa a Tierra tras dos décadas facilitando datos atmosféricos
El primer satélite del cuarteto Clúster de la ESA regresó a la Tierra de una forma totalmente segura en la primera «reentrada dirigida» del mundo, culminando así esta extraordinaria misión. El Centro Espacial de Canarias ha jugado un papel crucial en la recepción de datos y el seguimiento de las operaciones diarias del satélite durante todo este tiempo.
La misión Clúster de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzada en el año 2000, ha sido una de las más ambiciosas en el estudio de la magnetosfera terrestre, escudo protector de la Tierra frente al viento solar. Esta misión, compuesta por cuatro satélites idénticos, se diseñó para volar en formación romboide alrededor del planeta, permitiendo a los científicos observar cómo el viento solar afecta al campo magnético terrestre en múltiples puntos simultáneamente.
Cada uno de los cuatro satélites de la misión Clúster ha proporcionado datos esenciales para la comprensión de fenómenos como las auroras, las tormentas geomagnéticas y el impacto de las partículas solares en las telecomunicaciones y los sistemas energéticos. La misión debía durar inicialmente dos años, pero debido a su éxito y a la calidad de los datos obtenidos se ha extendido más de dos décadas.
Durante el tiempo que Clúster ha pasado en el espacio, ha proporcionado datos de incalculable valor sobre cómo el Sol interactúa con el campo magnético de la Tierra, ayudándonos a comprender y pronosticar mejor la meteorología espacial. Con esta primera reentrada dirigida, Clúster pasará a la historia por una segunda razón: contribuir a que la ESA se convierta en líder mundial de la exploración espacial sostenible.
Entre estos cuatro satélites, el Clúster-II ha sido una pieza clave del proyecto. El seguimiento y control de las operaciones de este satélite, al igual que las de sus gemelos, se han desarrollado desde distintos puntos de control repartidos por todo el mundo.
El Centro Espacial de Canarias, en estrecha coordinación con el Departamento de Programas Espaciales del INTA, ha jugado un papel crucial en la recepción de datos y el seguimiento de las operaciones diarias del Clúster-II durante todo este tiempo.
El Centro Espacial de Canarias ha brindado el apoyo final en su reentrada en la atmósfera terrestre, que tuvo lugar el 8 de septiembre sobre las 18:47 UTC en el océano Pacífico sur, marcando así el fin de un ciclo histórico y un hito en la exploración espacial.
¿Por qué es Clúster tan especial?
Mientras que la mayoría de las misiones que exploran los fenómenos magnéticos de la Tierra se centran en el ecuador, el cuarteto Clúster sobrevoló los polos, donde hay mucha actividad magnética. El viento solar en esta zona puede sumergirse más profundamente en la atmósfera superior de la Tierra, dando lugar a las espectaculares auroras.
La capacidad de Clúster para observar latitudes más altas que otras misiones permitió conocer partes de la magnetosfera que nunca antes habíamos podido «ver» con múltiples naves espaciales al mismo tiempo.
Mediante la cartografía del campo magnético de la Tierra y su comparación con el débil magnetismo actual de Marte, Clúster ha reafirmado la importancia de nuestra magnetosfera para protegernos del viento solar.
La misión también nos ayudó a comprender los puntos débiles de la magnetosfera, como la forma en que las partículas de viento solar pueden atravesar el escudo. Incluso descubrió el origen de los «electrones asesinos», partículas energéticas en el cinturón exterior de radiación que rodea la Tierra, que pueden causar estragos en los satélites.
Gracias a la vigilancia y el registro continuos de la dinámica y las propiedades de la magnetosfera terrestre durante dos décadas, Clúster ha acumulado una riqueza de datos sin precedentes, lo que ha permitido a los científicos hacer descubrimientos verdaderamente revolucionarios, incluso sobre dinámicas a más largo plazo.
Tras 24 años de increíble éxito en el espacio, la ESA tomó la decisión de poner fuera de órbita los cuatro satélites Clúster a lo largo de 2024-2026. Planificar las reentradas en este momento hizo posible que la nave espacial Clúster contribuyera a la ciencia de la reentrada como despedida final.