07 Abr 2021. Granada

Observatorio de Sierra Nevada, 40 años mirando el cielo y contribuyendo a descifrar los secretos del Universo

Dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada, a 2,870 metros de altura, en lplena loma de Dílar se encuentra el Observatorio de Sierra Nevada (OSN), un observatorio de alta montaña que este año celebra su 40º aniversario. Gestionado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), estas instalaciones se han consolidado como un laboratorio de observaciones astronómicas y astrofísicas en busca de fenómenos estelares. 

A casi 3.000 metros de altura, en la Loma de Dílar se encuentra el Observatorio de Sierra Nevada (OSN), un observatorio de alta montaña situado dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada y que comparte espacio con la estación de esquí homónima. En octubre de 2021 cumple su 40 aniversario y en estas cuatro décadas se ha convertido en el ‘balcón al cielo’ de muchos equipos científicos expertos en astronomía y astrofísica en busca de fenómenos estelares.

Imagen panorámica del Observatorio de Sierra Nevada. Foto: OSN.

Gestionado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), hasta hace semanas ha estado dirigido por Cristina Rodríguez López, responsable científica al frente de estas instalaciones durante tres años. Ahora, la dirección del observatorio recaerá en Maya García, investigadora del Instituto Astrofísico de Andalucía y especialista en la atmósfera, y el astrónomo René Duffard.

Las instalaciones del OSN cuenta con un edificio principal con dos telescopios de 1,50 metros y 0,90 metros de apertura, además de otras dependencias astronómicas como no astronómicas, pertenecientes a proyectos del IAA y de otras instituciones científicas.

Su altitud y localización propician el estudio de un cielo limpio de aerosoles y de partículas en suspensión, que de otro modo, dispersarían la luz que se pretende recoger con los dos telescopios que acoge el Observatorio.

Además, a esa altura la atmósfera tiene muy poco vapor de agua, lo que se traduce en observaciones en el rango infrarrojo muy favorables.

Para que todo funcione como un reloj, diariamente dos personas tienen la responsabilidad de su puesta a punto. De día, el supervisor de mantenimiento es el encargado de toda la logística del observatorio para que la estancia allí arriba discurra sin incidencias. Desde el suministro de víveres, al mantenimiento de la planta potabilizadora de agua, así como ciertos trabajos técnicos o de mantenimiento, que, en los meses de invierno, cuando la presencia de la nieve es constante, pasan por mantener abierto el acceso al observatorio. Es en ese momento, cuando hay un espesor considerable de nieve y sólo se puede acceder con una moto de nieve, otra labor esencial es retirar ese manto blanco que lo cubre todo, e incluso el hielo de las cúpulas, con el fin de que sea posible su apertura y permitir la observación nocturna.

Cuando cae el sol y hasta que se pone a la mañana siguiente, el operador de telescopios se encarga del control de los dos principales, planificando la secuencia de operaciones de cada noche y ejecutando los programas de observación propuestos por personal científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía, que semestralmente aprueba un Comité de Asignación de Tiempos de la propia institución. Además, el tiempo está abierto también a propuestas de investigadores externos o extranjeros, siempre que sea dentro de una colaboración con personal del IAA, o a través de la compra de noches de observación.

Puesta de Sol en el Observatorio de Sierra Nevada. Foto: OSN.

Esta tarea es esencial en un observatorio que funciona como un laboratorio de observaciones continuo. *“*Una de las principales ventajas de este centro es que los científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía pueden obtener tiempo de observación prácticamente ilimitado. Generalmente es muy difícil conseguir tiempo de observación para programas que impliquen una base temporal larga, ya que observatorios de todo el mundo normalmente reciben más peticiones de observación de las que pueden atender, con muchos grupos compitiendo entre sí”, advierte la investigadora del OSN.

Desde asteroides hasta la formación de estrellas

En este punto de Sierra Nevada, se hace ciencia de muy diversa índole, desde lo más próximo a objetos que se encuentran a miles de años luz. Por un lado, se estudian objetos más cercanos, como la observación de la propia atmósfera para caracterizar los efectos del cambio climático en su parte más alta, su temperatura y dinámica, permitiendo hacer un seguimiento a la variabilidad atmosférica en escalas temporales desde horas hasta años.

Un poco más lejos, también se estudian objetos del Sistema Solar, como asteroides y los llamados transneptunianos, que se encuentran más allá de la órbita de Neptuno y cuya caracterización ayuda a la comunidad científica a estudiar las fases tempranas de su formación. “Se trata de objetos poco evolucionados, lejanos y muy fríos, y se supone que su composición es la misma que cuando se formaron en las fases iniciales de formación del sistema solar”, apunta Rodríguez.

Junto a todo ello, desde el Observatorio de Sierra Nevada se vigilan asimismo los asteroides y otros objetos cercanos a la Tierra en colaboración con redes de vigilancia españolas y europeas.

Imagen de la construcción de las instalaciones. Foto: OSN.

Más allá de nuestro planeta, desde este centro se abordan también proyectos de observación de objetos de nuestra galaxia, de diferentes tipos de estrellas, desde masivas a aquellas de muy baja masa en diferentes estadios evolutivos. “Entre los muchos trabajos que realizamos, buscamos por ejemplo, variaciones periódicas de luz en las estrellas que nos aporten información sobre su composición interna y su edad, con técnicas conocidas con el nombre de astrosismología”, comenta la científica del OSN.

Otro de los cometidos de este centro midiendo variaciones periódicas de luz es deducir la existencia de otros planetas orbitando otras estrellas de nuestra galaxia, los llamados exoplanetas, de los que ya se conocen más de 4000. “Contribuimos a la búsqueda de exoplanetas dentro del proyecto CARMENES, que se lleva a cabo desde el Observatorio de Calar Alto, en Almería, o al proyecto internacional RedDots, PuntosRojos, que pretende encontrar planetas en torno a las estrellas enanas M más cercanas a la Tierra, o la misión espacial TESS, de la NASA, con el mismo objetivo”, puntualiza Rodríguez.

Volviendo a las estrellas, el Observatorio de Sierra Nevada es igualmente un enclave idóneo para observar cúmulos estelares para entender la formación de estrellas, nebulosas planetarias, es decir, el gas y polvo que envuelven a algunas estrellas en las fases finales de su vida, y también otras galaxias y los fenómenos de los más energéticos del universo, como supernovas y estallidos de rayos gamma.

Punto de partida del catálogo más completo de estrellas

A lo largo de sus cuarenta años, el OSN ha contribuido con sus observaciones a diferentes hitos dependiendo del campo de estudio. Históricamente, se han hecho estudios de variabilidad estelar, contribuyendo así a la consecución de diversos hallazgos como el último gran catálogo y más completo de estrellas variables tipo delta Scuti de la era pre-satélites espaciales. “Este trabajo sigue siendo referencia mundial y ha sido utilizado para la definición de objetos a observar de la misión de la Agencia Espacial Europea CoRoT”, afirma Rodríguez.

Al mismo tiempo y dentro de trabajos científicos de nuestro propio sistema solar, desde el OSN se han hecho contribuciones al estudio del impacto del cometa Shoemaker-Levy sobre Júpiter, del cometa 9P/Tempel 1 sobre el que se lanzó la sonda de la NASA Deep Impact, y del 67P/Churyumov-Gerasimenko destino de la misión espacial Rosetta de la NASA. Todo ello sumado a la reciente contribución al descubrimiento, por primera vez, de un sistema de anillos en torno a un objeto transneptuniano.

Observatorio de Sierra Nevada cubierto de nieve. Foto: OSN.

Y como todo en el universo está conectado, este centro de observación también acoge estudios de objetos altamente energéticos. “Uno de ellos es el descubrimiento de una estrella de neutrones aislada con un fuerte campo magnético que durante varios días produjo más de 40 estallidos ópticos y que se interpretó como un objeto de transición entre las estrellas de neutrones más jóvenes y las estrellas de neutrones aisladas más envejecidas”, explica con detalle la investigadora.

40 años de historia del cielo en lo alto de Sierra Nevada que día tras día y noche tras noche siguen generando conocimiento constante en un área de estudio físicamente lejana y a la vez tan cerca gracias al avance y el progreso de la tecnología.

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