XXIII Congreso Estatal de Astronomía, Cuenca.
Varias entidades andaluzas asisten al XXIII Congreso Estatal de Astronomía que tendrá lugar en Cuenca el próximo fin de semana, del 1 al 4 de noviembre. Desde el año 1976 las asociaciones astronómicas vienen reuniéndose cada dos años con el fin de compartir sus experiencias, tanto en el campo de la observación, divulgación, didáctica, equipamiento, técnicas de observación o cualquier otra actividad relacionada con la astronomía, así como colaboración con la astronomía profesional. El Congreso Estatal de Astronomía es una reunión de asociaciones para la puesta en común de la actividad, avances y novedades que se han ido produciendo en la astronomía amateur.
Varias entidades andaluzas asisten al XXIII Congreso Estatal de Astronomía que tendrá lugar en Cuenca el próximo fin de semana, del 1 al 4 de noviembre. Desde el año 1976 las asociaciones astronómicas vienen reuniéndose cada dos años con el fin de compartir sus experiencias, tanto en el campo de la observación, divulgación, didáctica, equipamiento, técnicas de observación o cualquier otra actividad relacionada con la astronomía, así como colaboración con la astronomía profesional. El Congreso Estatal de Astronomía es una reunión de asociaciones para la puesta en común de la actividad, avances y novedades que se han ido produciendo en la astronomía amateur.
En esta ocasión los pilares básicos del CEA serán la Ciencia Ciudadana, aplicada a la Astronomía, y los Observatorios Virtuales. Lógicamente, tampoco puede dejarse pasar por alto la creciente corriente de astroturismo, fuente de futuras vocaciones, y ligada necesariamente a la calidad del cielo nocturno y su preservación; así como a la proliferación de observatorios y trabajos amateurs de alto nivel y a la consiguiente colaboración Pro-Am. Sin olvidar las facilidades para el hosting de telescopios o las relativas a conexiones remotas a instrumentación de altas prestaciones.
Aunque los CEA ya tienen historia y acumulan desde su inicio una buena dosis de colaboración entre amateurs y profesionales, entendemos que ha llegado el momento de poner en valor de manera explícita el carácter de proyecto de Ciencia Ciudadana que los CEA representan: por su esfuerzo en divulgación y puesta al día en el intercambio de experiencias, técnicas, proyectos y trabajos; por la cooperación entre las diferentes asociaciones astronómicas y de éstas con el ámbito profesional de la investigación; y, en definitiva, por su capacidad de generar así un escenario abierto, colaborativo y transversal que ayuda a mejorar las interacciones entre ciencia, sociedad y políticas investigadoras más democráticas.
Esto a su vez implica ciertos compromisos por parte de todos, como el propósito de integrar las prácticas experimentales en los programas educativos y buscar modelos de reconocimiento para los investigadores y para los ‘ciudadanos’ que adoptan estos modelos de colaboración y que, incluso cuando son efectivas, no siempre están bien reconocidas. Apuntamos por tanto al objetivo de clarificar estos horizontes y poner de manifiesto que los CEA son un ejemplo perfecto de espacios mixtos preparados para estas prácticas sociales y digitales en el amplio espectro de la Astronomía.
Paralelamente se hace evidente que cada vez es mayor el volumen de datos empíricos que, desde el campo profesional, se integran en bases de datos disponibles en modo abierto y accesibles por tanto al mundo de los aficionados. El acceso a estos repositorios, que podríamos llamar Observatorios Virtuales, con fines de explotación e investigación no siempre es fácil y, en la mayoría de los casos, requiere el manejo de herramientas software (ya definidas o por definir). En la medida en que estos recursos pasen a formar parte habitual del trabajo de la comunidad astronómica (aficionados y profesionales), se irá consolidando un modelo de ‘observatorio astronómico’ basado en tres pilares: terrestre – espacial – virtual.
Tal vez ha llegado el momento de mirar hacia este futuro con determinación, máxime cuando también el pilar virtual puede recoger e integrar datos y trabajo procedente de la astronomía amateur.
Queda patente así nuestra intención de profundizar y desarrollar estas tareas en el CEA, y es ésta una de las razones que justifica el que miremos adelante con el optimismo de estar iniciando una nueva etapa que, desde ya, asumimos como lema del XXIII Congreso Estatal de Astronomía: ‘un puente al futuro’.