El gran día de Rosetta junto al Sol
La sonda Rosetta de la ESA fue testigo de cómo el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko alcanzaba el punto más cercano al Sol de su órbita. El cometa pasó por el perihelio el 13 de agosto a las 02:03 GMT, a una distancia de 186 millones de kilómetros del Sol.
Desde la llegada de Rosetta al cometa el año pasado, 67P ha recorrido unos 750 millones de kilómetros a lo largo de su órbita. A medida que se aproxima al Sol, su núcleo se va calentando y sus hielos se subliman y son expulsados al espacio en forma gaseosa, arrastrando con ellos las partículas de polvo que componen la cola y la atmósfera del cometa – o ‘coma’.
La actividad del cometa ha ido en aumento hasta alcanzar su máximo en las proximidades del perihelio, tal y como se puede apreciar en las espectaculares imágenes recogidas por Rosetta a lo largo de los últimos meses. La cámara de navegación de Rosetta fotografió el cometa a la 01:04 GMT, justo una hora antes de pasar por el perihelio, desde una distancia de 327 kilómetros.
La cámara científica de Rosetta también tomó una fotografía del cometa a las 23:31 GMT del 12 de agosto, apenas unas horas antes de que alcanzase el perihelio. En ella se pueden distinguir un gran número de chorros de polvo y gas emanando del núcleo, y los restos de una gran explosión de materia registrada a las 17:35 GMT de ese mismo día.
“La actividad del cometa seguirá a este nivel varias semanas, y estamos deseando ver cuántos chorros y explosiones podemos capturar in fraganti, como los que ya hemos fotografiado estas últimas semanas”, explica Nicolás Altobelli, científico en funciones del proyecto Rosetta.
Las medidas tomadas por Rosetta indican que el cometa está expulsando unos 300 kg de vapor de agua cada segundo, el equivalente a dos bañeras. Estos niveles son unas mil veces superiores a los registrados hace un año, cuando Rosetta se encontró con el cometa por primera vez. Por aquel entonces la tasa de emisión era de 300 gramos por segundo, el equivalente a dos vasos pequeños.
El núcleo del cometa también está perdiendo unos 1.000 kg de polvo cada segundo, creando un peligroso entorno de trabajo para Rosetta.
“Nos hemos visto obligados a alejarnos un poco más del cometa estos días. Esta semana nos encontramos a una distancia de entre 325 y 340 kilómetros, para que los sensores de estrellas de Rosetta puedan operar sin las interferencias provocadas por el polvo. Sin la información de estos instrumentos, Rosetta no sería capaz de orientarse en el espacio”, aclara Sylvain Lodiot, responsable de las operaciones de la sonda Rosetta.
Uno de los principales objetivos de la misión de Rosetta es estudiar cómo cambia el entorno del cometa antes y después del paso por el perihelio.
El cometa ha cambiado de estación en los últimos meses, exponiendo su hemisferio sur a un corto verano, de unos 10 meses de duración, tras más de cinco años y medio sumido en la oscuridad. Este cambio ha permitido estudiar nuevas regiones de la superficie del cometa, completando algunas de las piezas que faltaban en su mapa.
Gracias a la llegada del verano meridional se han podido identificar cuatro nuevas regiones geológicas en los dos lóbulos del cometa, hasta sumar un total de 23. Estas nuevas regiones continúan con la nomenclatura de dioses y diosas egipcios que ha sido adoptada para este cometa, y han sido bautizadas como Anhur, Jonsu, Sobek y Wosret.
La temperatura media del cometa también ha ido aumentando a medida que se aproximaba al perihelio. El año pasado, poco después de la llegada de Rosetta, se registraron temperaturas en superficie de unos -70°C. Entre los meses de abril y mayo de este año se alcanzaron unos pocos grados bajo cero, y a lo largo del mes que viene se esperan máximas de unas pocas decenas de grados positivos.
Mientras tanto, los astrónomos han estado estudiando la evolución del cometa desde Tierra, ya que Rosetta está demasiado cerca del núcleo para poder observar la cola. Las imágenes tomadas a lo largo de los últimos meses con telescopios repartidos por todo el planeta muestran que la cola de 67P ya se extiende más de 120.000 kilómetros.
Algunas de estas imágenes, como las tomadas la semana pasada desde el telescopio Géminis Norte de Mauna Kea, Hawái, revelaron que la coma es asimétrica, presentando una región de mayor densidad alejada de la cola principal.
“Al comparar las fotografías del conjunto tomadas desde Tierra con los primeros planos de los chorros y las explosiones que está obteniendo Rosetta, podremos comprender mejor los procesos que están teniendo lugar en la superficie del cometa durante su aproximación al Sol”, añade Nicolás.
“Tenemos previsto volver a acercarnos al núcleo del cometa cuando disminuya su actividad, y estudiar cómo ha cambiado su superficie durante el paso por el perihelio. También esperamos que Philae sea capaz de continuar sus operaciones científicas en la superficie del cometa, ofreciéndonos una visión detallada de los cambios que se están produciendo en el entorno inmediato de su lugar de aterrizaje”.
“Es muy emocionante alcanzar el perihelio, y estamos deseando ver cómo se comporta este fascinante cometa a medida que se aleja del Sol a lo largo de los próximos meses”, concluye Patrick Martin, responsable de la misión Rosetta para la ESA.