Éxito de la misión OSIRIS-REx de la NASA tras su breve aterrizaje en un asteroide
La nave espacial ha ejecutado correctamente todas sus maniobras de acercamiento al asteroide Bennu, se ha posado unos segundos en su superficie, ha tomado muestras y ha vuelto a despegar, según ha informado hoy la agencia estadounidense. En una semana se confirmará si la cantidad de polvo y material obtenido es suficiente para traerlo a la Tierra. De no ser así, se recogerá más en enero de 2021
La nave espacial robótica OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer) de la NASA logró tocar con éxito la superficie del asteroide Bennu, a 321 millones de kilómetros de la Tierra, y recoger muestras de polvo y rocas de este cuerpo celeste. Esta operación supone un éxito para la agencia estadounidense, que ha conseguido por primera vez muestras de un asteroide. Tratará de traerlas de vuelta a nuestro planeta en septiembre de 2023.
Los datos telemétricos de la nave, que tardan unos 18,5 minutos en llegar al control de misión de la NASA por la distancia entre la Tierra y Bennu, confirman que todas las maniobras se ejecutaron correctamente. Unas 4,5 horas antes del contacto, OSIRIS-REx inició su secuencia de descenso a la superficie del asteroide, realizó la maniobra Checkpoint a 125 metros del suelo rocoso para ajustar la posición y velocidad de la nave, ejecutó la combustión Matchpoint a unos 54 metros para ralentizar su descenso y corregir su trayectoria y, finalmente, tras tocar el asteroide, el brazo robótico de la nave realizó la maniobra TAG (Touch-and-go) de recogida de muestras.
Los datos telemétricos de la nave, que tardan unos 18,5 minutos en llegar al control de misión, confirman que todas las maniobras se ejecutaron correctamente
Una vez se posó en Nightingale, un espacio de 16 metros de diámetro en el hemisferio norte de Bennu, el brazo robótico disparó una de sus tres botellas de nitrógeno presurizado para remover el material de la superficie del asteroide y poder atraparlo correctamente.
“Esta asombrosa primicia para la NASA demuestra cómo un equipo increíble de todo el país se unión y perseveró a través de los desafíos para expandir las barreras del conocimiento. Nuestros socios industriales, académicos e internacionales han hecho posible que tengamos a mano una de las piezas más antiguas de nuestro sistema solar”, afirmó el administrador de la agencia, Jim Bridenstine, en un comunicado.
Imágenes del pasado 11 de agosto desde una de las cámaras de la nave. OSIRIS-REx hizo un ensayo de acercamiento, quedándose a unos 40 metros de la superficie / NASA/Goddard/University of Arizona.
Una semana para confirmar el éxito definitivo
A pesar de que los datos telemétricos confirman que todo ha salido acorde a lo planeado, la misión tardará una semana en confirmar si la cantidad de muestras recogidas de Bennu es suficiente para el buen desarrollo de la misión. El objetivo marcado por OSIRIS-REx es recoger, al menos, 60 gramos de polvo y pequeñas piedras de Bennu, cantidad similar a una chocolatina.
Los ingenieros y científicos de la agencia emplearán varias técnicas para dar por válida esta operación. Una de ellas es comparando imágenes del asteroide antes y después del contacto, con cámaras que la nave lleva incorporadas y que podrán descargarse por el control de misión este miércoles, 21 de octubre. Otro método será mediante fotografías del propio brazo robótico: si las condiciones de luz lo permiten, podrá observarse si su interior tiene restos de roca.
Si OSIRIS-REx no ha recogido una cantidad suficiente de muestras, reintentará la maniobra el 12 de enero de 2021.
Por último, y para confirmar de manera definitiva el éxito de las maniobras, la nave espacial medirá su momento de inercia, girando sobre su propio eje como si de un bailarín de ballet se tratase, y lo comparará con otra medición de esta rotación antes de recoger estas muestras.
En el caso de que OSIRIS-REx no haya recogido una cantidad suficiente de muestras de Bennu, reintentará la maniobra el 12 de enero de 2021. Si la misión, por otra parte, ha sido un éxito en su primer intento, pondrá rumbo a la Tierra, alcanzando nuestro planeta el 24 de septiembre de 2023.
El asteroide Bennu ofrece a los científicos una ventana al sistema solar primitivo, ya que tomó su forma hace miles de millones de años y contiene ingredientes que pudieron haber ayudado a sembrar la vida en la Tierra.