La nave Odiseo despega con éxito rumbo a la superficie lunar tras más de 50 años
El objetivo principal de la misión IM-1 es llevar instrumental científico de la NASA y demostraciones tecnológicas al polo sur de la Luna, una región que permanece casi inexplorada. Está previsto que este módulo de la empresa Intuitive Machines que ha despegado a bordo de un cohete de SpaceX, aterrice dentro de nueve días en la superficie lunar.
El módulo Odiseo de la empresa privada Intuitive Machines ha despegado este jueves desde Florida con destino a la Luna, en lo que se espera que sea el primer aterrizaje estadounidense en más de medio siglo, desde el Apolo 17 en 1972. El despegue se aplazó el miércoles debido a anomalías durante el proceso de carga de metano, pero ahora el lanzamiento de la llamada misión IM-1 ocurrió a la nueva hora prevista, las 1:05 de la madrugada (6:05 GMT), y se prevé que aterrice en la superficie lunar dentro de nueve días.
El módulo, que lleva instrumentos de la NASA, busca realizar el primer aterrizaje «suave» de una compañía estadounidense en la superficie lunar. El objetivo principal de esta misión es llevar ese instrumental científico y demostraciones tecnológicas al polo sur de la Luna, una región que permanece inexplorada, salvo el punto donde se posó la misión india ‘Chandrayaan-3’.
Odiseo viaja a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk en 2022, que despegó esta madrugada sin contratiempos desde el Complejo de Lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy de la NASA, en el centro de Florida. Una vez en órbita, este módulo de aterrizaje de la serie Nova-C, equipado con un sistema de propulsión impulsado por una mezcla respetuosa con el medio ambiente de oxígeno y metano, ambos líquidos, se separó del cohete para dirigirse hacia la Luna.
Operaciones durante una semana
Después del aterrizaje, la idea es que las operaciones allí se extiendan durante unos siete días antes de que llegue la noche lunar en el polo sur, dejando a Odiseo inoperable.
Específicamente, el aterrizaje será en las inmediaciones del macizo de Malapert, a unos 300 kilómetros del polo sur de la Luna, un área llena de «incertidumbre», según los expertos de la NASA. Los investigadores creen que el área está compuesta de material de las tierras altas lunares, similar al lugar de aterrizaje del Apolo 16.
Se trata de la segunda misión de la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS) de la NASA, después de la fallida Peregrine, y hace parte también del programa Artemis de regreso a la Luna.
En enero pasado, el módulo Peregrine de la empresa Astrobotic Technology no logró aterrizar en la Luna con cargas de la NASA y otras comerciales debido a problemas de abastecimiento de combustible, entre otros. Según Intuitive Machines, con sede en Texas, la misión busca crear una plataforma económica que lleve instrumentos científicos de la NASA y cargas comerciales a la Luna, allanando así el camino para una presencia humana sostenible en este satélite natural y sus alrededores.
De hecho, el sitio del alunizaje es una de las 13 regiones que la NASA está considerando para la misión Artemis III, que será la primera misión tripulada de alunizaje de ese programa y el primer vuelo tripulado del módulo de aterrizaje Starship HLS de SpaceX.
Los instrumentos científicos
Entre los instrumentos de la NASA que transporta Odiseo está el RFMG, que provee una medición significativamente más precisa del nivel de llenado de un tanque de combustible, un tema crucial en futuras misiones de larga duración. También posee un instrumento, SCALPSS, con cuatro cámaras para capturar sonido e imágenes fijas de la columna de polvo creada por el motor del módulo de aterrizaje cuando comienza su descenso a la superficie lunar hasta que se apaga.
La NASA envía también cuatro antenas y un sistema receptor de radio de baja frecuencia diseñados para estudiar el entorno dinámico de energía cerca de la superficie lunar y determinar cómo la actividad natural y generada por el hombre cerca de la superficie interactúa con las investigaciones científicas. Este instrumento, conocido como ROLSES, también detectará emisiones radiales del Sol, Júpiter y la Tierra, así como polvo que impacte en la superficie de la Luna.
Al equipo se suma el NDL, un sensor de descenso y aterrizaje basado en la detección y alcance de luz. Este dispositivo funciona con los mismos principios del radar, pero utiliza pulsos de un láser emitido a través de tres telescopios ópticos. Medirá la velocidad y dirección del vehículo y la distancia a la superficie con alta precisión durante el descenso hasta el aterrizaje.
Igualmente, posee una colección de ocho retrorreflectores (LRA) que permiten un alcance láser de precisión, que es una medida de la distancia entre una nave espacial en órbita o aterrizaje y el reflector del módulo de aterrizaje. Este instrumento óptico pasivo y funcionará como marcador de ubicación permanente en la Luna durante las próximas décadas.
Por último, el LN-1 es un pequeño experimento de hardware de vuelo del tamaño de un pequeño CubeSat que integra funciones de navegación y comunicación para que la navegación autónoma respalde futuras operaciones orbitales y de superficie.
Intuitive Machines ha resaltado que la misión IM-1 representa un momento crucial de la participación de las empresas privadas en la carrera espacial. Según la compañía, supone un hito en la exploración lunar, reviviendo el interés humano por la Luna después de décadas de pausa.
El éxito de esta misión «sentará las bases para una economía lunar próspera, abriendo nuevas posibilidades de investigación, comercio y exploración, y acercando el sueño de la humanidad de convertirse en una especie multiplanetaria», ha destacado la compañía.