El cielo del mes de septiembre acaba este 2023 con una superluna, que además será la última del año. Exactamente nuestro satélite estará en plenilunio hoy viernes 29 a las 11:57 hora peninsular. En España la veremos salir por el este coincidiendo con la puesta de Sol, alineada con la constelación de Piscis.

Recordemos que la Luna gira alrededor de la Tierra, pero esa órbita no es circular, sino elíptica, con un punto denominado apogeo donde se encuentra más alejada del planeta y otro más cercano llamado perigeo, cuando sucede lo contrario. Cuando ese perigeo se produce cerca de la fase de Luna llena tenemos el fenómeno astronómico conocido como superluna.

Este ocurre de 3 a 5 veces al año. Concretamente, en 2023 la primera Luna llena cercana al perigeo se produjo el 3 de julio, y le siguieron otras dos superlunas el 1 y el 31 de agosto, la última de ellas denominada además Luna azul por tratarse de la segunda en fase llena registrada en el mismo mes.

Este mes de septiembre el perigeo lunar se produjo el jueves 28, a las 3:06 horas, cuando la luna estaba a 359 914 Kilómetros, según se puede consultar en Astropixels.

La Luna saldrá por el este poco después de la puesta de Sol. Imagen: Observatorio Astronómico Nacional-IGN. Imagen realizada con el programa Stellarium

¿Se ve la superluna más grande y brillante?

Como consecuencia, la superluna aparece en el cielo más grande y bastante más brillante que una Luna llena normal. Sin embargo, conviene advertir que a simple vista no se percibe este incremento de tamaño o de brillo, porque la mente humana es muy mala recordando este tipo de detalles. Solo si se efectúan medidas con telescopios y aparatos precisos se puede comprobar el efecto de la superluna. Aun así, nada nos impide contemplarlas siendo conscientes de su brillo y cercanía, aunque no se perciba de manera sencilla.

El incremento del diámetro aparente de nuestro satélite natural alcanza hasta un 14 por ciento cuando se compara una Luna llena en el perigeo con otra en el apogeo. Este aumento del diámetro implica un incremento del brillo aparente de nada menos que del 30 por ciento.

La diferencia de luminosidad existe, es real y puede medirse, pero al observar a simple vista puede quedar enmascarada muy fácilmente por las nubes, la extinción de la luz debida a la atmósfera (que es muy variable), la altura de la Luna sobre el horizonte, o la contaminación lumínica de nuestros pueblos y ciudades. En esta ocasión, el 29 de septiembre el tamaño aparente de la Luna será de 33.05 minutos de arco. Un efecto que se pudo observar tanto ayer como también mañana 30 de septiembre.

¿Por qué se llama Luna de cosecha?

Esta última superluna del año se conoce además como Luna de la cosecha por tratarse del plenilunio más próximo al equinoccio otoñal, que ocurre en el hemisferio boreal en torno al 23 de septiembre -a las 8:50 hora oficial peninsular en este 2023-, y en el hemisferio austral en torno al 21 de marzo.

Se denomina Luna de cosecha al plenilunio más próximo al equinoccio otoñal. Imagen: Todd Petit/ Flickr

Según explica la NASA, la Luna de la cosecha recibe su nombre de la agricultura. En la época anterior a la luz eléctrica, los agricultores dependían del brillo de nuestro satélite para poder extender la jornada laboral más allá del atardecer; era la única manera de poder recoger sus cosechas maduras a tiempo para el mercado.

En definitiva, un fenómeno astronómico interesante y real que, aunque aunque desde el punto de vista científico no pase de anécdota, es simplemente una curiosidad, se convierte en una gran oportunidad para observar nuestro satélite.