Carl Sagan, la revolución de la divulgación científica
Carl Edward Sagan nació el 9 de noviembre de 1934, en Nueva York. Empezó a interesarse por la ciencia al visitar la Exposición Universal de Nueva York en 1939.
Estudió en la Universidad de Chicago donde, aparte de graduarse en ciencias y letras, obtuvo el doctorado en astronomía y astrofísica. Durante su estancia en Berkeley publicó un artículo sobre la atmósfera de Venus, mientras trabajaba con el equipo de la sonda Mariner 2 de la NASA.
Con posterioridad, pasó a dar clases en la Universidad de Harvard, y trabajó en el Observatorio Astronómico Smithsoniano. Más tarde pasó a la Universidad de Cornell, donde obtuvo la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, que conservó hasta su muerte en 1996.
Sus mayores logros científicos están asociados a las ciencias planetarias. Postuló la causa y evolución del efecto invernadero en Venus y su conexión con el posible problema del calentamiento global en la Tierra. En su etapa en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, colaboró activamente en las misiones Voyager y Viking y fue el primer científico en indicar la posibilidad de que hubiera océanos subterráneos en algunos de los satélites grandes de Júpiter.
En su faceta de activista, cabe destacar su pacifismo, advirtiendo de las consecuencias de un invierno nuclear si se detonaran las bombas nucleares de los arsenales terrestres. Mostró su posicionamiento en contra de la proliferación de armas nucleares en plena Guerra Fría.
Sagan destacó también en la búsqueda de vida inteligente, defendiendo la prolongación del Proyecto SETI y colaborando con Frank Drake en el mensaje de Arecibo. Dicho mensaje se envió el 16 de noviembre de 1974 en dirección al cúmulo estelar Messier 13, situado a unos 22 000 años luz de distancia. El mensaje está codificado en binario (ceros y unos) y cuando se descodifica muestra un pictograma que porta información sobre el ser humano, el ADN, la posición de la Tierra en el Sistema Solar y el instrumento con el que se emitió el mensaje.
Por otra parte, el científico tuvo también la idea de producir los discos de oro de las misiones Voyager, que contienen información sobre la civilización humana y su cultura, para un supuesto contacto futuro con otra civilización alienígena, dado que estas sondas están destinadas a abandonar el Sistema Solar y vagar para siempre por el espacio interestelar de nuestra Galaxia. Sagan también escribió numerosos libros. Algunos de ellos están más centrados en la ciencia, como Planetas, Otros mundos, El cometa o La conexión cósmica. Otras de sus obras mezclan ciencia, religión y humanismo, como por ejemplo, Los dragones del Edén, El cerebro de Broca, Contacto (su única obra de ficción, una novela) o Un punto azul pálido.
Su faceta más conocida fue la de divulgador científico. Su obra televisiva Cosmos: un viaje personal, con su peculiar y pasional narración, ha sido capaz de despertar multitud de vocaciones por la ciencia en general y por la astronomía en particular.
Más información: William Poundstone, Carl Sagan: una vida en el cosmos, Ediciones Akal (2015)
*Fuente imagen de portada: Wikimedia Commons.
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