Una muestra del asteroide Ryugu será analizada en España
Una pequeña porción de los más de 5 gramos de material que recogió la sonda japonesa Hayabusa 2 en este asteroide llegará en los próximos días al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), cerca de Madrid. Su análisis ayudará a entender la química prebiótica en el sistema solar primitivo, mediante técnicas que también se usarán en próximas misiones a Marte.
Un equipo encabezado por científicos del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y otras instituciones de España y Japón ha conseguido de la agencia espacial japonesa (JAXA) una muestra del asteroide Ryugu por un año tras superar una fase competitiva a nivel internacional. Los análisis servirán para profundizar en estudios sobre la química prebiótica y los compuestos orgánicos en los orígenes del sistema solar. Se sumarán a otros trabajos en los que se ha descubierto, por ejemplo, la presencia de uracilo, un componente esencial del ARN, en este asteroide de tipo C.
Este tipo es el más común en el llamado cinturón de asteroides (remanentes del origen del sistema solar que orbita entre Marte y Júpiter), sobre todo en la parte externa, y se caracteriza por su bajo albedo (reflexión de la luz), baja densidad, alto contenido en materia carbonosa y presencia de minerales hidratados y volátiles.
Está previsto que la pequeña muestra (que ya está en aduanas del aeropuerto de Madrid) llegue “en los próximos días” al INTA, según indica en un comunicado. Se trata de una pequeña porción del total de 5,4 gramos obtenidos por la misión Hayabusa 2 de JAXA a Ryugu y cuya cápsula de retorno aterrizó en 2020 en Australia.
La recolección se realizó a partir del material expuesto tras provocar un cráter artificial por el impacto de un proyectil de tántalo (un metal muy duro) arrojado desde la nave japonesa sobre el asteroide. AXA custodia celosamente las muestras recogidas y solo concede pequeños fragmentos a equipos de investigación que, con una buena propuesta científica, superan un proceso abierto (que ya va por su cuarta convocatoria) y altamente competitivo.
Es lo que ha conseguido el equipo del INTA (a través de su Centro de Astrobiología, CAB –organismo mixto con el CSIC– y sus programas espaciales), junto a investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH), el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y la Universidad de Tokio. Los investigadores de este consorcio estudiarán el material de Ryugu con el objetivo de explorar la complejidad de la química prebiótica presente en este vestigio del origen del sistema solar.
Técnicas espectroscópicas
Para lograr este objetivo utilizarán técnicas espectroscópicas (estudio de la interacción entre la radiación electromagnética y la materia). En concreto, espectroscopia Raman combinada con técnicas de espectrometría de masas, y microscopía electrónica.
Según Olga Prieto Ballesteros, investigadora principal de este proyecto, “la caracterización de la composición orgánico-mineral de Ryugu ayudará a entender las vías evolutivas de los compuestos orgánicos en el sistema solar primitivo”. Además, se van a emplear prototipos y modelos de instrumentos similares a los de vuelo previstos en las próximas misiones a Marte y sus lunas.
Es el caso del instrumento RLS (Raman Laser Spectrometer), fabricado y liderado por el INTA para volar en la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA), y el instrumento RAX para la misión Mars Moon Explorer (MMX) de JAXA a las lunas del planeta rojo.
De esta manera, se podrá contrastar las moléculas prebióticas identificadas y caracterizadas con los sofisticados instrumentos del laboratorio con los resultados que potencialmente se encontrarán en esas misiones espaciales.
“Esta comparación permitirá investigar la presencia de minerales esenciales y evaluar la detectabilidad de moléculas específicas asociadas y de gran interés astrobiológico”, asegura Andoni Moral Inza, ingeniero del INTA y coinvestigador del proyecto.
En conjunto, los resultados ayudarán a mejorar las estrategias de observación e interpretación de datos de futuras misiones espaciales, además de indagar en sustancias que podrían relacionarse con la aparición de la vida en la Tierra.