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19 Dic 2025.

Comienza la estación más corta y fría en el hemisferio norte

El domingo 21 de diciembre será el día más corto del año. En esta fecha comenzará el invierno en el hemisferio norte, a las 16:03 minutos hora oficial peninsular, según el Observatorio Astronómico Nacional. Esta estación durará aproximadamente 88 días y 23 horas y terminará el 20 de marzo de 2026 con el comienzo de la primavera. Algunos fenómenos de interés astronómico en este periodo serán las lluvias de meteoros de las úrsidas, cuyo máximo será hacia el 22 de diciembre, y las cuadrántidas, cuyo máximo se espera hacia el 3 de enero. Respecto a las lunas llenas del invierno tendrán lugar el 3 de enero, 1 de febrero y el 3 de marzo.

La cercanía del invierno no solo se manifiesta a través de los cambios en el follaje de los árboles o de la bajada de la temperatura. Existen también señales astronómicas que indican que el otoño está llegando a su fin. Durante el mes de diciembre el Sol se encuentra cada vez más bajo en el horizonte y al trazar un arco más breve, calienta menos y hace más frío. Pero la tendencia a la pérdida de altura va a encontrar un freno muy pronto, concretamente con el solsticio de invierno, que traerá consigo el día más corto y la noche más larga del año. 

Órbita de la Tierra al Sol con los equinoccios y solsticios del hemisferio norte. Imagen: adaptado de Meteored/ tiempo.com

Órbita de la Tierra al Sol con los equinoccios y solsticios del hemisferio norte. Imagen: adaptado de Meteored/ tiempo.com


Este fenómeno astronómico ocurrirá exactamente a las 16:03 horas del 21 de diciembre, hora oficial peninsular, según cálculos del
Observatorio Astronómico Nacional. La nueva estación durará aproximadamente 88 días y 23 horas, será la más breve, y terminará el 20 de marzo de 2026, cuando se produzca el equinoccio de primavera. 

¿Por qué se produce el cambio de estación?

El paso de una estación a otra viene marcado, por convenio, por los instantes en que la longitud eclíptica aparente del Sol toma unos determinados valores. Esos momentos corresponden a cuando el astro rey culmina a una altura máxima o mínima sobre el horizonte (solsticio de verano y de invierno, respectivamente) y a cuando las duraciones del día y de la noche coinciden (equinoccio de primavera y de otoño).

En el hemisferio norte, el solsticio del invierno boreal está definido por el instante en que la Tierra en su traslación pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol presenta su máxima declinación sur. El día en que esto sucede, nuestra estrella alcanza su menor elevación sobre el horizonte al mediodía (observando desde el hemisferio norte) y describe en el cielo el arco más corto. Como resultado, es el día con menos horas de luz del año. A partir de entonces el Sol empezará de nuevo, aunque lentamente, a ganar altura. Sin embargo, durante varios días, su altura máxima al mediodía parece no cambiar, o lo hace muy poco. Por este motivo, al fenómeno astronómico que marca el inicio de esta estación se le denomina solsticio, del latín solstitium (Sol quieto).

La estación más corta del año

El invierno en el hemisferio norte es la estación más corta, con algo menos de 89 días de duración. Esto se debe a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular, sino elíptica, y el invierno coincide con la época del año en la que la Tierra se encuentra más cerca del Sol. Cuando esto sucede, el planeta se mueve más rápido en su órbita, según la conocida como segunda ley de Kepler y, por tanto, necesita menos tiempo para llegar al punto donde comienza la siguiente estación, que es la primavera.

El inicio del invierno puede darse, a lo sumo, en cuatro fechas distintas del calendario entre el 20 y el 23 de diciembre. A lo largo del siglo XXI dará comienzo en los días 20 a 22 (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro se deben al modo en que encaja la secuencia según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol. 

El solsticio de invierno en el hemisferio norte se produce cuando la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol presenta su máxima declinación sur. Imagen: Observatorio Astronómico Nacional

El solsticio de invierno en el hemisferio norte se produce cuando la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol presenta su máxima declinación sur. Imagen: Observatorio Astronómico Nacional

Aunque el día del solsticio de invierno corresponde al de menor número de horas solares, la diferencia entre el día y la noche depende de la latitud del lugar. Por ejemplo, para la latitud de Madrid, el día del solsticio de invierno tendrá 9 horas y 17 minutos de Sol, a comparar con las 15 horas y 3 minutos de Sol que tuvo el día más largo (solsticio de verano). La diferencia entre el día más corto y el más largo es de casi seis horas de Sol.

Esa diferencia disminuye a medida que nos acercamos al ecuador, mientras que en los polos terrestres la diferencia es máxima. Como consecuencia, cerca del ecuador no se aprecian tanto los cambios estacionales, mientras en lugares cercanos a los polos, en uno de los solsticios es de día durante las 24 horas, mientras en el otro es completamente de noche todo el tiempo.

¿Por qué hace más frío en invierno si estamos más cerca del Sol?

Aunque puede parecer contradictorio para los habitantes del hemisferio norte que se esté más cerca del Sol en invierno y más lejos en pleno verano, esta es una situación lógicapara un habitante austral (recordemos que en el hemisferio sur las estaciones están intercambiadas y allí empieza ahora el verano). 

El fenómeno ocurre porque el ambiente cálido o frío no lo marca la distancia a nuestra estrella, sino la inclinación de los rayos solares. La órbita de la Tierra es casi circular y las diferencias entre el perihelio y el afelio son despreciables frente a la distancia media que nos separa del astro rey.

En concreto, el 3 de enero de 2024 se producirá el momento de máximo acercamiento anual entre la Tierra y el Sol, es decir, el perihelio. En ese momento, la distancia entre estrella y planeta será de poco más de 147 millones de kilómetros, es decir, unos cinco millones menos que en el afelio, como se llama al punto de la órbita terrestre más alejado, que sucederá el 5 de julio de 2024.

En 2026 el perihelio tendrá lugar el 3 de enero de 2026. Este día ocurrirá el momento de máximo acercamiento anual entre la Tierra y el Sol. La distancia hasta el astro rey será de poco más de 147 millones de km, es decir, unos 5 millones de km menos que en el momento de mayor distancia (afelio), que sucederá el 6 de julio de 2026.

El cambio de temperaturas no se debe a la cercanía, sino a la inclinación del eje de la Tierra con respecto al Sol, ya que en el invierno boreal (del hemisferio norte) los rayos solares inciden de manera mucho más leve que durante el verano, con menos horas de luz y situándose el Sol en su punto más bajo en el horizonte. En verano, más horas solares y a una mayor altura sobre el horizonte hacen que la atmósfera absorba y disperse menos cantidad de energía y, por lo tanto, mayor radiación llegue a la superficie terrestre.

¿Cómo será el cielo nocturno durante el invierno de 2025?

En invierno, las noches son largas y con frecuencia secas, por lo que resultan excelentes para observar el cielo; eso sí, bien abrigados. Durante la estación que comienza en esta temporada 2025-2026 podremos ver distintos planetas y constelaciones a lo largo de cada noche, fáciles de observar a simple vista.

Las constelaciones protagonistas del invierno son Orión, Tauro, el Can Mayor y Géminis. Imagen: StarBlink realizada con Stellarium

Las constelaciones protagonistas del invierno son Orión, Tauro, el Can Mayor y Géminis. Imagen: StarBlink realizada con Stellarium

Al anochecer se podrá ver a Saturno, al que se unirá Júpiter a comienzos de enero, y Venus a partir de mediados de febrero. Conforme pasen los meses, Saturno se irá acercando al Sol desapareciendo del cielo vespertino al inicio del mes de marzo. Mercurio hará su aparición en el cielo vespertino a lo largo de febrero.

Al amanecer, el cielo comenzará el invierno con Júpiter y Mercurio visibles. Este último desaparecerá del cielo matutino a comienzos de enero, y reaparecerá a mediados de marzo, mientras que el planeta gigante dejará de verse a mediados de enero.

En cuanto al cielo no cambiante, el invierno ofrece al anochecer algunas de las constelaciones favoritas de los aficionados, ya que contienen las estrellas más brillantes. Entre ellas destaca Orión, con la brillante y variable Betelgeuse. Le acompañan Tauro, con la rojiza Aldebarán, Can Mayor con Sirio, la estrella más brillante de la noche, y Géminis, con la pareja Cástor y Pólux. La unión de algunas de estas estrellas con otras adyacentes forma un asterismo conocido como el hexágono del invierno, por ser característico de los anocheceres de la estación. En nuestra sección Observando el cielo estrellado a simple vista puedes aprender a mirar las constelaciones, reconocer algunas de ellas y distinguir las estrellas que contienen según su brillo.

Existen otros fenómenos de interés astronómico durante el invierno de 2025-2026. Estos son las lluvias de meteoros de las úrsidas, cuyo máximo se espera hacia el 22 de diciembre, y las cuadrántidas, cuyo máximo se espera hacia el 3 de enero. Por otra parte, las lunas llenas del invierno tendrán lugar el 3 de enero, 1 de febrero y el 3 de marzo.

Celebración del solsticio de invierno en Andalucía

Se tiene constancia de las celebraciones del Sol desde la Prehistoria. Los ciclos astronómicos han marcado los ritmos de vida desde las sociedades más primitivas, los cultivos o incluso la muerte. La propia Navidad tiene su origen en ciertas fiestas paganas de la antigua Roma vinculadas al solsticio de invierno, como las Saturnales y el Sol Invictus.

El tholos de El Romeral en el solsticio de invierno. Imagen: José Antonio Torres / CA Dólmenes de Antequera

El tholos de El Romeral en el solsticio de invierno. Imagen: José Antonio Torres / CA Dólmenes de Antequera

Pero volviendo a la Prehistoria, la mayoría de los megalitos se orientan hacia la salida del astro rey en algún momento del año. En Andalucía, el Sitio de Los Dólmenes de Antequera se convierte, en este sentido, en un auténtico muestrario, ya que cada uno de los megalitos se encuentra orientado a una dirección diferente, bien hacia el Sol o hacia objetivos terrestres: el dolmen de Viera hacia los ortos solares en los equinoccios, el tholos de El Romeral hacia la mitad occidental del horizonte, concretamente hacia la Sierra de El Torcal, y el dolmen de Menga hacia el perfil antropomórfico de La Peña de los Enamorados.

Es por ello que el conjunto arqueológico, a modo de celebración, abre las puertas del complejo en un horario especial esos días para poder contemplar los fenómenos lumínicos que se producen en los monumentos. En concreto, coincidiendo con el solsticio de invierno, la actividad tiene lugar en el tholos de El Romeral  los días 20, 21 y 22 de diciembre, a partir de la 14:00 horas. La jornada se completa con visitas guiadas a los tres sepulcros, haciendo especial hincapié en las características particulares de orientación de cada uno de ellos. El aforo es limitado por razones de conservación, por lo que es imprescindible reservar.

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