El astronauta Frank Rubio vuelve a la Tierra tras el vuelo espacial más largo
Tras 371 días en el espacio y 5 963 órbitas al planeta, Frank Rubio regresa a la Tierra junto a sus compañeros de tripulación en la nave espacial Soyuz, que ha aterrizado hoy en la estepa de Kazajstán. El estadounidense consigue así el récord del vuelo más largo de un astronauta de la NASA. Su misión de larga duración a la Estación Espacial Internacional contribuirá a definir el futuro de la exploración del espacio profundo. Durante este tiempo ha participado en seis estudios orientados a comprender cómo los vuelos espaciales afectan a la fisiología y la psicología humana
El astronauta de la NASA Frank Rubio ha aterrizado hoy sano y salvo en la Tierra tras pasar 371 días en el espacio, un récord para Estados Unidos. Rubio dejó la Estación Espacial Internacional (EEI) junto con los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, a las 3:54 am EDT, y realizó un aterrizaje sin incidentes, asistido por paracaídas, justo a la hora programada, a las 7:17 am (13:17 horas peninsular), al sureste de la remota ciudad de Dzhezkazgan, en la estepa de Kazajstán.
El trío ha realizado un viaje de dos horas a bordo de la Soyuz MS-23 antes de salir de órbita y aterrizar algo más de una hora después en Kazajstán, como se ha podido comprobar durante la retransmisión en directo emitida por la NASA. La separación de las tres secciones de la nave ha sido la fase más complicada, debido a las temperaturas extremas registradas en la parte externa del módulo, que debía soportar mientras viajaba a ocho kilómetros por segundo de regreso a la Tierra.
De esta forma se ponía fin a una misión que tenía previsto concluir en diciembre de 2022, cuando los astronautas quedaron atrapados en la EEI al producirse una avería en la nave Soyuz MS-22 que la dejó inhabilitada para traerlos de vuelta a casa. Originalmente, Rubio tenía programado pasar seis meses en el espacio, pero este incidente propició que su misión se extendiera a más de un año.
Como consecuencia, el pasado 11 de septiembre, el astronauta de la NASA establecía un nuevo récord para el vuelo espacial individual más largo realizado, alcanzando finalmente 371 días en el espacio, 5 963 órbitas al planeta y un viaje de más de 252 millones de kilómetros, aproximadamente el equivalente a 328 viajes de ida y vuelta a la Luna. Fue testigo de la llegada de 15 naves espaciales y de la partida de otras 14 en misiones de carga tripuladas y no tripuladas.
Su misión romperá por 16 días el récord anterior, que mantenía el astronauta de la NASA Mark Vande Hei. La astronauta estadounidense Christina Koch tiene el récord del vuelo espacial más largo realizado por una mujer, con 328 días de viaje. También será la primera vez que un astronauta estadounidense haya pasado más de un año en el espacio en una sola misión.
Tras las revisiones médicas posteriores al aterrizaje, la tripulación regresará a Karaganda (Kazajstán). A continuación, Rubio embarcará en un avión de la NASA con destino a Houston.
Al desacoplarse la nave Soyuz MS-23, comenzó oficialmente la Expedición 70 a bordo de la estación. Los astronautas de la NASA Loral O’Hara y Jasmin Moghbeli permanecen a bordo del puesto orbital junto con el astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA) Andreas Mogensen, que se convirtió en comandante de la estación el 26 de septiembre, el astronauta de la JAXA (siglas en inglés de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón) Satoshi Furukawa, y los cosmonautas de Roscosmos Konstantin Borisov, Oleg Kononenko y Nikolai Chub.
Contribución a varios experimentos científicos
A lo largo de este tiempo, Rubio ha contribuido a varios experimentos científicos, entre los que se incluyen seis estudios orientados a comprender cómo los vuelos espaciales afectan la fisiología y la psicología humana. «Cada día que estamos aquí conocemos un poco más sobre cómo responde el cuerpo humano en el espacio», explicó Rubio. «Continuamos haciendo estudios sobre la estación que nos ayudarán cuando sigamos explorando cada vez más profundo en nuestro sistema solar».
Rubio es el primer astronauta en participar en un estudio que examina cómo el ejercicio con equipo de gimnasio limitado afecta al cuerpo humano. Reconociendo que los miembros de la tripulación que viajan a la Luna y a otros lugares no tendrán suficiente espacio en su nave espacial para una cinta de correr, los investigadores están ansiosos por determinar si otros regímenes de ejercicio podrían mantener saludables a las tripulaciones en misiones largas. De modo que, en lugar de correr en la cinta de la EEI, Rubio solo hacía ejercicio en la bicicleta y en la máquina de levantamiento de pesas.
También es uno de los pocos astronautas que ayuda a los investigadores a poner a prueba si una dieta mejorada para vuelos espaciales puede ayudar a los humanos a adaptarse mejor a la vida en el espacio. Para este estudio, Rubio se reunió con un especialista con el fin de crear una dieta personalizada cargada de nutrientes, con énfasis en alimentos como frutas, verduras y pescado. Los científicos evaluarán si el consumo de esta dieta aumentó su inmunidad y mejoró el funcionamiento de su microbiota intestinal.
Para otro experimento, el astronauta ayudó a cultivar y monitorear las verduras producidas en el Sistema de Producción de Vegetales de la estación espacial, conocido como Veggie. Las futuras misiones al espacio profundo requerirán que los astronautas cultiven alimentos frescos en el espacio como alternativa a los alimentos preenvasados. Este estudio de Veggie evalúa los protocolos para cultivar vegetales en el espacio y si las plantas cultivadas en microgravedad pueden ayudar a satisfacer las necesidades dietéticas de los astronautas en misiones de vuelos espaciales más distantes.
Estudiarán la reacción del cuerpo humano a los vuelos de larga duración
Rubio también proporcionó muestras biológicas, completó encuestas y realizó pruebas para un estudio que recopila un conjunto básico de mediciones de astronautas, llamado Medidas Estándares de Vuelos Espaciales. Estas mediciones sirven como punto de referencia para determinar cómo reaccionan a los vuelos espaciales diferentes sistemas del cuerpo, desde la cognición humana hasta el sistema inmunitario. Otras muestras biológicas se congelarán y almacenarán para futuros estudios de ciencias biológicas.
Tras su regreso, el astronauta informará a los investigadores sobre cualquier lesión que se haya podido ocasionar durante el aterrizaje. Estos datos serán relevantes para saber si las misiones de vuelos prolongados hacen que las personas sean más vulnerables, utilizándose para mejorar el diseño y los sistemas de aterrizaje de futuras naves espaciales.
«Nuestra comprensión de cómo los vuelos espaciales afectan al cuerpo humano se limita principalmente a los astronautas en misiones de corta duración durante los días del transbordador y a los miembros de la tripulación en misiones de seis meses a bordo de la estación espacial», dijo Steven H. Platts, jefe científico del Programa de Investigación Humana de la NASA, el cual busca comprender cómo el cuerpo humano se adapta a las misiones espaciales de larga duración. Cuando es necesario, el programa también desarrolla estrategias que previenen o atienden posibles afecciones de salud durante los vuelos espaciales. «Las contribuciones de Rubio», señaló Platts, «proporcionan información valiosa que será utilizada para ayudar a mantener a los astronautas lo más saludables posible en misiones cada vez más largas a la Luna, Marte y más allá».
Médico y piloto experimentado
Frank Rubio fue seleccionado por la NASA para unirse a la Clase de Candidatos a Astronautas de 2017. Previamente, el nativo de Florida aunque nacido en Los Ángeles, se graduó en la Academia Militar de EEUU en 1998 y obtuvo un Doctorado en Medicina en la Universidad de Ciencias de la Salud de Servicios Uniformados en 2010. Antes de asistir a la escuela de medicina, sirvió como piloto de helicóptero UH-60 Blackhawk y voló más de 1 100 horas, incluidas más de 600 horas de combate y tiempo de peligro inminente durante despliegues en Bosnia, Afganistán e Irak. El doctor Rubio es médico de familia y cirujano de vuelo certificado. En el momento de su selección, estaba sirviendo en el décimo Grupo de Fuerzas Especiales en Fort Carson (Colorado).