Perseidas 2025: condiciones y mejores días para observarlas
Las Perseidas son una de las lluvias de estrellas más esperadas del año. En 2025 el máximo el día 12 de agosto hacia las 22 horas de tiempo oficial peninsular. En esta ocasión, por esa fecha la Luna acabará de pasar su fase llena, por lo que estará muy iluminada y las condiciones para la observación no serán óptimas. Los mejores momentos para contemplar la lluvia en esos días serán justo después del ocaso, antes de que salga nuestro satélite o mientras se encuentre muy bajo en el cielo.
Una de las lluvias de estrellas más esperada del año en el hemisferio norte son las Perseidas, que también son las más espectaculares. Ocurren en pleno periodo vacacional, con temperaturas cálidas que invitan a buscar de lugares frescos y con menor contaminación lumínica. Se trata de un fenómeno brinda una forma amena y atractiva de acercarse a la astronomía y asomarse al cielo, que además, en verano ofrece la oportunidad de contemplar algunas de las constelaciones más bellas, como Escorpio o Sagitario, siguiendo su camino hasta alcanzar la banda blanca de la Vía Láctea.
Pero volviendo a las perseidas, estas se perciben como unos pequeños puntos luminosos que, aunque se producen a poco más de cien kilómetros de altitud, nos enlazan con el origen del Sistema Solar, de lluvia de estrellas, no son estrellas que se caen, sino partículas de materia interplanetaria -meteoroides- que alcanzan la Tierra con velocidades enormes y proceden -en su mayoría- de los cometas, testigos de la formación de los planetas hace miles de millones de años. También reciben el nombre popular de «lágrimas de San Lorenzo» por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre.
Pero volviendo a las perseidas, estas se perciben como unos pequeños puntos luminosos que, aunque se producen a poco más de cien kilómetros de altitud, nos enlazan con el origen del Sistema Solar, de lluvia de estrellas, no son estrellas que se caen, sino partículas de materia interplanetaria -meteoroides- que alcanzan la Tierra con velocidades enormes y proceden -en su mayoría- de los cometas, testigos de la formación de los planetas hace miles de millones de años. También reciben el nombre popular de «lágrimas de San Lorenzo» por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre.

Para la observación de las perseidas es necesario un lugar que proporcione un cielo oscuro. Imagen: Javier Puig Ochoa/Wikimedia Commons
Al producirse el choque con una velocidad tan elevada, la fricción entre el meteoroide y el aire libera una cantidad de calor enorme que volatiliza en una fracción de segundo el cuerpo sólido, que se vaporiza en un destello de luz, generando la estrella fugaz. Normalmente las ocasionan meteoroides muy pequeños, del tamaño de un grano de arena o incluso menores. Los de mayor tamaño son mucho más raros y dan lugar a estrellas fugaces de un brillo excepcional, que reciben el nombre de bólidos y que en ocasiones van acompañados incluso de ruidos, explosiones y otros efectos.
Las Perseidas también son llamadas popularmente «lágrimas de San Lorenzo» por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre. Su momento de máxima actividad tiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, launque lo habitual es que comiencen a verse hacia el 17 de julio y terminen hacia el 24 de agosto, según indica el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), que además señala que para observadores a nuestras latitudes, 40º norte, el radiante de las perseidas se sitúa por encima del horizonte durante toda la noche.
¿Cuándo se podrá ver la lluvia de estrellas de las Perseidas y las Delta Acuáridas en 2025?
Este año se espera que el máximo de las Perseidas se produzca el día 12 de agosto hacia las 22 horas de tiempo oficial peninsular. Uno de los factores que influyen en su observación son las fases de la Luna, que por esa fecha acabará de pasar su fase llena, por lo que estará muy iluminada. Como publica el OAN en su web, los mejores momentos para observar la lluvia en esos días serán justo después del ocaso, antes de que salga nuestro satélite o mientras se encuentre muy bajo en el cielo. Esta lluvia suele presentar picos de actividad fuera del máximo, por lo que en las noches en torno a esta fecha podría apreciarse un buen número de meteoros, particularmente antes del orto lunar. Tampoco el pasado año fue bueno para la contemplación de este fenómeno, al contrario de lo que ocurrió en 2023, cuando la fina luna menguante permitió excelentes condiciones para la observación durante toda la noche.
Las velocidades de estas estrellas fugaces pueden superar los 50 kilómetros por segundo y la tasa horaria zenital (THZ), es decir, la estimación de cantidad de meteoros observables por hora, se sitúa en 100. Pese a ello la cifra es muy variable y difícil de predecir con exactitud, con una oscilación entre los 80 y los 200 en las ocasiones más favorables, en un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte, aunque normalmente siempre es menor. Por término medio, las Perseidas constituyen la tercera lluvia de estrellas en orden de actividad, por detrás de las Cuadrántidas (visibles en enero) y las Gemínidas (en diciembre).
Time lapse con algunas de las Perseidas capturadas en 2021 sobre las cúpulas de los telescopios IAC80, ELRS (ESA Laser Ranging Station) y QATAR, en el Observatorio del Teide. Imagen: M. R. Alarcón y D. Padrón, StarryEarth / Flickr
Las perseidas coinciden en el tiempo con las Delta Acuáridas, que nos visitan cada año entre el 12 de julio y el 23 de agosto, alcanzando su máximo en torno al 30 de julio. Según el OAN, esta lluvia tiene un pico muy extendido en torno al 31 de julio de 2025, por lo que tanto la noche del 30 al 31 como la siguiente serán adecuadas para su visión. En estas fechas, la Luna estará muy próxima al cuarto creciente y esto hará que las observaciones sean más propicias después de la medianoche, cuando además el radiante de la lluvia irá subiendo por el cielo.
Un dato importante sobre las Delta Acuáridas es que se observan mejor en el hemisferio sur porque su radiante, es decir, el punto del que parecen provenir los meteoros, está más alto en el cielo. Esto hace que sean visibles en el hemisferio norte con una tasa de actividad algo más baja. Así, para observadores a nuestras latitudes, 40º norte, el radiante de las Delta Acuáridas se sitúa por encima del horizonte a partir de la medianoche hasta el amanecer.
¿Por qué recibe el nombre de Perseidas la lluvia de estrellas del verano?
La lluvia de estrellas de agosto recibe el nombre de Perseidas porque su radiante, es decir, el punto del que parecen provenir los meteoros, se encuentra en la constelación de Perseo. Sin embargo, no es más que un efecto óptico. Si trazáramos una línea recta entre el centro de nuestro planeta y la zona del espacio interplanetario con mayor cantidad de partículas dejadas por el cometa en su órbita, esta línea señalaría en dirección a la constelación de Perseo, hacia el noroeste.
En realidad, todas las lluvias de meteoros se asocian a los restos que cometas que cruzan la órbita terrestre van dejando en sus sucesivos pasos cerca del Sol. En concreto, el cometa del que provienen las partículas que dan lugar a las Perseidas es el Swift-Tuttle. Se trata del objeto más grande conocido que hace sucesivas repeticiones de su paso cerca de la Tierra. Su núcleo es de unos 9.7 kilómetros de ancho, similar al del meteorito que se cree acabó con los dinosaurios.

La lluvia de estrellas del verano, las Perseidas, tiene su radiante en la constelación de Perseo, de ahí el nombre. Imagen: Observatorio Astronómico Nacional-IGN
Cada año a principios de agosto nuestro planeta cruza la órbita de este cometa, que tiene un período de 133 años y que tuvo su último paso por el perihelio, es decir, el punto de su órbita más cercano al Sol, el 11 de diciembre de 1992. Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores, que este cuerpo helado ha ido liberando en sus pasos anteriores. Cuando una de estas partículas, que formaron en su día la cola del cometa, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura, creando ese brillo durante una fracción de segundo que genera la estrella fugaz.
Hay reportes de la existencia de las lágrimas de San Lorenzo desde hace 2 000 años, pero fue de 1864 a 1866 cuando el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli realizó los cálculos que permitieron asociarla con el cometa 1862 III (109/Swift-Tuttle). Era la primera vez que se relacionaba una lluvia de meteoros con un cometa. Durante todo el siglo XX se siguió observando, pero al no haber datos globales, no siempre se pudo determinar el máximo de este fenómeno. Desde los años 70 del siglo XX, y sobre todo en los 80, los observadores apreciaron un aumento de la actividad. Así, en 1980 se llegaron a detectar en varias observaciones hasta 14 Perseidas en un minuto. Sin embargo, el cometa no se observó hasta 1992. Entonces se detectaron estallidos de un THZ de 350.
En 1988 se pudo hacer un primer estudio con datos a nivel mundial, detectándose un doble pico de actividad originado por las nuevas partículas que arrastraba el cometa en su paso al perihelio. Este doble pico se detectó nuevamente durante los cuatro años posteriores. El regreso de la lluvia de estrellas en 1993 creó gran expectación, pues se esperaba una actividad a nivel de “tormenta”, con cientos de meteoros por hora, que no llegó a producirse. El gran número de observaciones y los análisis de las órbitas que se realizan cada año han permitido una mejor comprensión de este fenómeno astronómico y de los flujos de partículas en el Sistema Solar.
¿Cuál es el mejor sitio y la mejor forma para no perderse las Perseidas?
La observación de la lluvia de estrellas del verano, las Perseidas, puede ser una de las actividades más atractivas para iniciarse en la astronomía, no sólo por lo espectacular del fenómeno, sino por lo sencillo que resulta, pues lo único que se necesita es algo de paciencia para aguantar unos minutos dirigiendo la mirada hacia el mismo punto del cielo. Se puede realizar a simple vista, sin necesidad de instrumentos ópticos, aunque se le podrá sacar mayor partido siguiendo una serie de recomendaciones básicas, extensibles a cualquier lluvia de estrellas.
Uno de los principales problemas a la hora de realizar cualquier observación astronómica es la contaminación lumínica, por lo que para disfrutar de la lluvia de meteoros más esperada del verano, lo primero será elegir un lugar con cielos despejados, alejado de las luces artificiales de las ciudades. A mayor oscuridad mejor podremos apreciar los destellos, incluso aquellos más tenues.
Es preferible elegir una localización libre de edificios, árboles o montañas. Sin embargo, dado que este año la Luna estará durante el pico en cuarto menguante, si queremos realizar la observación en las primeras horas de la noche sería conveniente buscar algún obstáculo que oculte la luz que irradia nuestro satélite o bien mirar en la dirección opuesta a su posición.

Observación de las Perseidas desde el complejo astronómico Los Coloraos en Gorafe (Granada) Imagen: Turismo Astronómico
Con todo, lo recomendable es esperar hasta la medianoche, cuando la constelación de Perseo se encuentre en el cenit (justo en la vertical del lugar donde nos encontremos). Si nos cuesta ubicarnos, en la guía Cómo orientarse en el cielo se ofrecen unas pautas básicas para reconocer las principales estrellas y sus constelaciones. Tener un horizonte noreste despejado nos permitirá detectar un mayor número de lágrimas de San Lorenzo, aunque no hay que olvidar que se pueden ver “caer” en cualquier parte del firmamento.
Elegido el lugar y la zona donde mirar, hay que prepararse para la observación. La vista necesita al menos 30 minutos para acostumbrarse a la oscuridad. Sobra decir que nada de teléfonos móviles u otros dispositivos con luces que no sean rojas. Lo idóneo es aguantar al menos 15 minutos contemplando el mismo punto del cielo, por lo que es recomendable encontrar una posición cómoda, mejor tumbados, llevar algo de abrigo y observar a simple vista. De esta forma el campo de visión será mayor que si usamos prismáticos o telescopio. Durante ese tiempo, si las condiciones son favorables, debería empezar el espectáculo.
Otra opción para disfrutar al máximo de la lluvia de estrellas del verano, las Perseidas, es elegir una de las numerosas actividades organizadas que se ofertan en Andalucía. Y es que son muchas las asociaciones astronómicas, observatorios, ayuntamientos y empresas de astroturismo que preparan observaciones durante los mejores días para contemplarlas.
Imagen de portada: StarryEarth / Flickr