En el mundo de la afición por la astronomía práctica hay muchas personas que disfrutan observando el cielo profundo, es decir, objetos celestes fuera del Sistema Solar, como cúmulos estelares, nebulosas o galaxias. En este ambiente es bien sabido que, según la época del año, es más fácil encontrar un tipo u otro de objetos. En concreto, la mejor época del año para ver galaxias es la primavera boreal. Pero…. ¿por qué?

La explicación proviene de nuestra perspectiva del cielo nocturno en esta época del año. A medianoche en abril o mayo y mirando directamente al oeste, tenemos la Vía Láctea cruzando el cielo de norte a sur, pero su altura sobre el horizonte no es muy grande. Si lo que pretendemos es observar galaxias, no podemos hacerlo a través de la Vía Láctea, por la aglomeración de nebulosas, tanto oscuras como brillantes, y la presencia del gas y polvo. En esta época del año la Vía Láctea está muy baja en horizonte, que además es la peor posición para observar un objeto de brillo muy débil. De esta manera, nos queda la mayoría del cielo libre de impedimentos para ver galaxias lejanas.

Además, las constelaciones con mayor concentración de galaxias están altas sobre el horizonte, como por ejemplo, Virgo, Leo, Coma Berenices o Camelopardalis. Esto hace mucho más fácil la observación de galaxias.

Simulación del cielo visible en las noches de primavera con Stellarium. El horizonte está abajo a la derecha. En el margen derecho está el plano galáctico. Los óvalos representan galaxias y la mayoría se encuentran altas sobre el horizonte en el margen izquierdo. En el centro a la izquierda el cúmulo de Virgo.  http://stellarium.org/es/

Como curiosidad, se podría unir con una línea estas constelaciones que muestran mayor concentración de galaxias. Esta línea imaginaria es el llamado ecuador supergaláctico. Lo que ocurre en la primavera boreal durante las primeras horas nocturnas, es que dicha línea se presenta casi vertical, del sureste al noroeste, pasando por el cenit. Esta disposición facilita que sea muy favorable observar en buenas condiciones, casi toda esta línea imaginaria.

Si en la primavera boreal la Vía Láctea está baja y nos deja ver el universo repleto de galaxias, lo mismo debería ocurrir seis meses más tarde. En efecto, el cielo del otoño boreal también abre una ventana al universo extragaláctico, pero sucede que las constelaciones que contiene son menos ricas en cúmulos de galaxias brillantes.