El cometa Nishimura no se verá como ahora hasta dentro de cuatro siglos
Desde mediados de esta semana ha empezado a ser visible al anochecer, pero el domingo 17 alcanzará su distancia mínima al Sol y, aunque se podría desintegrar parcialmente, será un buen momento para apreciarlo con todo su esplendor, a poca altura sobre el horizonte oeste. Después, tardará 434 años en regresar
El cometa Nishimura, oficialmente denominado C/2023 P1, ya se puede ver estos días desde la Tierra, aunque uno de los mejores para disfrutar de su resplandor será durante el anochecer del domingo 17. Después, pasará de largo y no volverá hasta dentro de 434 años.
Los cometas, pequeños cuerpos helados que proceden de las regiones externas del Sistema Solar, adquieren su apariencia característica cuando se aproximan al Sol, los hielos subliman y emergen la cola y la coma -una envoltura gaseosa que rodea al núcleo-. Las semanas anteriores o posteriores al perihelio, o región de la órbita más cercana al Sol, constituyen un momento culminante de actividad. En el caso del cometa Nishimura, el acercamiento más cercano a la Tierra fue este miércoles 13, y estará más cerca del Sol, el perihelio, el domingo 17.
«En los últimos días, el cometa ha sido visible al amanecer, pero a muy poca altura sobre el horizonte este antes de salir el Sol», ha declarado el astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional, Miguel Querejeta. Pero desde este miércoles «el cometa ha empezado a ser visible al anochecer, a muy escasa elevación sobre el horizonte oeste, avanzando desde la constelación de Leo hacia la de Virgo», apunta el investigador.
Descubierto por un astrónomo aficionado
El cometa fue bautizado Nishimura en honor al astrónomo aficionado que lo descubrió, el japonés Hideo Nishimura, el pasado 12 de agosto. Este sería el tercer cometa que descubre, tras C/1994 N1 en julio de 1994, y C/2021 O1 en julio de 2021, además de numerosas novas y estrellas variables utilizando su cámara digital y su teleobjetivo de 200 mm.
Lleva el nombre C/2023 P1, donde el prefijo C/ indica una órbita no periódica, 2023 es el año de su descubrimiento, P es el medio mes de su descubrimiento (primera quincena de agosto) y 1 por ser el primer objeto descubierto en ese período.
El objeto se encuentra a unos 125 millones de kilómetros y sigue acercándose al Sol, por eso, a lo largo de esta semana, su brillo crecerá progresivamente. Según los cálculos del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, el domingo 17 Nishimura estará a solo 34 millones de kilómetros del Sol. Ese día estará en su perihelio, cuando alcanzará su distancia mínima con el Sol.
«En estos momentos es notablemente difícil o casi imposible observarlo a simple vista, ya que su tenue brillo se pierde ante el resplandor del alba», pero «es posible que el cometa llegue a verse a simple vista, aunque con mucha dificultad, a finales de esta semana», apunta Querejeta.
¿Cuándo y dónde podrá verse el cometa Nishimura?
Para asegurarse el espectáculo, el astrónomo aconseja colocarse en un lugar despejado, sin montañas ni obstáculos porque el cometa pasará «a poca altura sobre el horizonte oeste», y observarlo con la ayuda de unos prismáticos o de un pequeño telescopio, entre la constelación de Leo y Virgo.
Y aunque es muy difícil predecir exactamente cómo evolucionará su brillo en los próximos días, ya que al acercarse al Sol puede desintegrarse parcialmente, Querejeta nos da pistas: «En fotografías de larga exposición el cometa tiene tonos verdosos, pero a simple vista, incluso con prismáticos, aparece como una mancha blanquecina en el cielo».
En los últimos días, según el portal Heavens-Above.com, se puede apreciar mejor durante el crepúsculo vespertino, que en el matutino, es decir, tras la puesta de Sol. En la última observación registrada, del 14 de septiembre, el cometa Nishimura brillaba con una magnitud de +2,8 en el cielo nocturno.
Una estrella de la misma magnitud, como podemos consultar en nuestra guía para aprender a observar el cielo estrellado a simple vista, sería lo suficientemente brillante como para verla sólo con el ojo. Pero hay que contar con el resplandor del Sol.
No volverá hasta dentro de 434 años
Nishimura es un cometa de largo periodo, es decir, con una órbita muy larga. La última vez que visitó la Tierra fue en el siglo XVI y, según las estimaciones de los astrónomos, no volverá hasta dentro de 434 años.
Los cometas son amalgamas de pequeñas partículas de polvo fino (minerales residuales de la formación del sistema solar) más una proporción de hielo, no solo de agua sino también de metano y amoniaco, entre otros compuestos, además de materia orgánica. Este conglomerado débilmente unido, al pasar cerca del Sol se calienta, pierde gran cantidad de gas y buena parte del agua puede quedar líquida, por lo que el interior del cometa se debilita y puede acabar fragmentándose.
Estos cometas de largo periodo proceden de la nube de Oort, una estructura que rodea el sistema solar formada por miles de millones de cuerpos helados, situada (en su punto más cercano) a una distancia de unas 2 000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
Precisamente una de las misiones más ambiciosas de la Agencia Espacial Europea (ESA), Rosetta, fue la primera en explorar de cerca y a largo plazo un cometa. Al tratarse de los objetos más primitivos del Sistema Solar, como tal contienen información esencial sobre nuestros orígenes, lo que permitirá reconstruir la historia de nuestra región en el espacio. La ciencia andaluza jugó un papel determinante en esa misión que concluyó en enero de 2018 con la cámara OSIRIS, en la que participó el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), pues tomó imágenes del cometa 67P Churyumov-Gerasimenko desde una perspectiva única y envió la última fotografía de la misión.