El solsticio trae el día con más horas de Sol del año y el comienzo del verano
El jueves 20 de junio a las 22.51 hora peninsular tendrá lugar el solsticio de verano, lo que supondrá que sea el día más largo del año en el hemisferio norte. La estación que comienza durará aproximadamente 93 días y 16 horas, también la más larga, y permitirá deleitarnos con las constelaciones típicas del verano, la Vía Lactea en todo su esplendor y lluvias de estrellas como las populares Perseidas
El solsticio de junio, ese momento mágico en el que el Sol se detiene en su camino por el cielo, marca el día más largo del año y el inicio oficial de la nueva estación. En 2024, el solsticio de verano ocurrirá el 20 de junio a las 22.51 hora oficial peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
Desde el equinoccio de primavera, fenómeno que ocurre cuando la duración del día y la noche es prácticamente igual, los días comenzaron a alargarse gradualmente. El culmen se producirá en el solsticio de verano, cuando el Sol alcanzará su mayor elevación sobre el horizonte al mediodía y describirá en el cielo el arco más largo. Como resultado, es la jornada con más horas de luz del año. Además, durante varios días la altura máxima del Sol a mediodía parece no cambiar, de ahí que el fenómeno se conozca como solsticio, del latín solstitium, que significa Sol quieto.
A partir de entonces en el hemisferio norte disfrutaremos de la estación más cálida, caracterizada por días largos, temperaturas elevadas y la oportunidad de disfrutar al aire libre, tanto de día como de noche. Por contra, en el hemisferio sur darán la bienvenida al invierno. Pero, ¿a qué se debe ese cambio de estación?
¿Por qué cambiamos de estación?
La respuesta hay que buscarla en el eje de inclinación de la Tierra. Nuestro planeta gira alrededor del Sol en una órbita elíptica que tarda en completar unos 365 días, un año: es el movimiento de traslación. De la misma manera, la Tierra también rota sobre un eje que no es perpendicular a la eclíptica, sino que está inclinado 23 grados y medio. Eso hace que cada hemisferio reciba diferentes cantidades de luz a lo largo del año.
Como consecuencia surgen cuatro instantes especiales dentro de la órbita terrestre. Cuando las horas de luz y oscuridad son iguales, estaremos en los llamados equinoccios, que se producen aproximadamente el 20 de marzo y el 22 de septiembre. Pero si la diferencia entre las horas de luz y oscuridad es máxima, estaremos en los solsticios, que ocurren en torno al 21 de junio y el 21 de diciembre. El número de horas de luz determinará qué solsticio tiene lugar.
Desde un punto de vista técnico, podemos decir que el solsticio de verano se produce cuando el eje de rotación de la Tierra está más inclinado hacia el Sol en su órbita. Así, independientemente del rincón del planeta donde nos encontremos, el astro rey estará lo más al norte posible.
En el hemisferio boreal eso supondrá muchas horas de luz. Sin embargo, en el hemisferio austral, donde el Sol se encuentra generalmente hacia el norte, el hecho de que esté aún más al norte lo situará bajo en el horizonte, y por lo tanto sus habitantes disfrutarán de pocas horas de luz (el equivalente a lo que sucede en el hemisferio opuesto en un solsticio de invierno).
¿Por qué el verano es la estación más larga del año?
La estación que comienza tras el solsticio de verano de 2024 durará aproximadamente 93 días y 16 horas, llegando a su fin el 22 de septiembre para dar paso al otoño. Se trata pues de la estación más larga del año. La explicación la encontramos de nuevo en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Esta no es circular sino elíptica, por lo que el verano coincide con el momento en que el planeta se encuentra más lejos de su estrella.
Cuando esto sucede la Tierra se mueve más despacio en su órbita y, como consecuencia, necesita más tiempo para llegar al punto donde comienza la siguiente estación. Del mismo modo, el planeta se desplaza más rápido cuando está cerca del Sol. Es la conocida como ley de las áreas o segunda ley de Kepler, llamada así en honor al astrónomo alemán Johanes Kepler, pionero en estudiar el movimiento de los planetas y plantear que las órbitas eran elípticas y no circulares.
El inicio del verano oscila, a lo sumo, entre tres fechas distintas del calendario del 20 al 22 de junio. A lo largo del siglo XXI se iniciará en los días 20 y 21 de junio (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el más tardío el de 2003. Estas variaciones se deben al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Tenemos así unidos la estación y el día más largo del año. Sin embargo, eso no quiere decir que se trate de la jornada que antes amanece ni más tarde anochece. Eso dependerá de la latitud del lugar, aunque suelen ser los días próximos al solsticio de verano. Así, para la latitud de Andalucía, el 20 de junio tendrá 14 horas y 45 minutos de Sol (en Sevilla), frente a las 9 horas y 33 minutos de luz solar que tuvo el día más corto, en el solsticio de invierno. Se superan, por tanto, las cinco horas de diferencia. Esa discrepancia disminuye conforme nos acercamos al ecuador y es máxima en los polos terrestres.
¿Por qué hace más calor en verano si el Sol está más lejos de la Tierra?
El 5 de julio se producirá en este 2024 el momento de máximo alejamiento anual entre la Tierra y el Sol, denominado afelio. Cuando eso suceda, la distancia entre los astros será de algo más de 152 millones de kilómetros, es decir, unos cinco millones más que en el instante de menor distancia o perihelio, que tuvo lugar el 3 de enero.
Sin embargo, este fenómeno no afecta en exceso a los grados centígrados en nuestro planeta. Las altas temperaturas en el hemisferio norte durante el verano no van aparejadas a la cercanía al Sol, ya que de hecho nuestra estrella está más lejos que en invierno, sino a la suma de una mayor cantidad de horas de luz y a una mayor altura sobre el horizonte. Esto hace que la atmósfera absorba y disperse menos cantidad de energía y, como consecuencia, aumenta la radiación que llega a la superficie terrestre.
En lo que a meteorología se refiere, el verano de 2023 fue el tercero más cálido de la serie histórica, por detrás de los de 2022 y 2003, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). La temperatura media fue 1.3ºC superior al promedio normal. Tras el solsticio de verano de 2024 existe una “probabilidad muy alta” de seguir en la misma línea, con una estación más cálida de lo normal.
¿Qué podremos disfrutar en el cielo nocturno tras el solsticio de verano de 2024?
Si bien es cierto que las noches del verano son las más cortas del año, también son las más cálidas, por lo que se prestan a la observación del cielo. A ello se suma que en esta estación solemos cambiar la ciudad por lugares con menos contaminación lumínica, como el pueblo, el campo o la playa, lo que que mejorará la experiencia.
El cielo tras la puesta de Sol a comienzos del verano no tendrá ningún planeta visible. Durante el mes de julio, Mercurio hará una breve aparición, mientras que Venus será visible muy bajo en el horizonte desde agosto. Habrá que esperar hasta primeros de septiembre para poder ver Saturno salir por el este al anochecer.
Antes de la salida del Sol, por el contrario, la estación empezará con tres planetas visibles: Marte, Júpiter y Saturno, aunque el último desaparecerá a mediados de septiembre en el brillo del alba. Mercurio comenzará a ser visible a finales del verano. En nuestra sección Astronomía para principiantes se ofrecen algunos consejos sobre cómo observar los planetas y recursos para ubicarlos.
Además de los planetas, será fácil distinguir en el cielo grupos de estrellas brillantes. El más característico del verano es el triángulo formado por Altair, en la constelación del Águila; Deneb, en la constelación del Cisne; y Vega, en la constelación de la Lira. Es el llamado triángulo del verano, y es propiamente un asterismo, pues combina estrellas de diferentes constelaciones.
Hacia el sur, son típicas del verano las constelaciones de Escorpio, con la brillante y rojiza estrella Antares, y Sagitario, cuya posición indica aproximadamente el centro de la Vía Láctea. Esta banda blanca, que representa el brillo combinado de los millones de estrellas que componen nuestra galaxia, se puede ver en la época estival en todo su esplendor cruzando el cielo de sur a norte, aunque para distinguirla bien hace falta un cielo oscuro. En nuestra guía Observando el cielo estrellado a simple vista se ofrecen las pautas para aprender a mirar las constelaciones, reconocer las más señaladas y distinguir las estrellas que contienen según su brillo.
Otros fenómenos de interés astronómico tras el solsticio de verano de 2024 serán las lluvias de meteoros de las Delta Acuáridas, cuyo máximo se espera hacia el 31 de julio, y las populares Perseidas, con máximo previsto el 12 de agosto. La observación de estrellas fugaces es muy sencilla, se puede realizar a simple vista y no necesita ayuda de instrumentos ópticos, por lo que es un plan ideal para iniciarse en la astronomía.
Del mismo modo podemos deleitarnos observando la Luna, pues se ve perfectamente a ojo, incluso en zonas con alta contaminación lumínica, lo que facilita apuntar a ella con unos prismáticos o para iniciarnos al telescopio. Las lunas llenas de la estación tendrán lugar el 22 de junio, 21 de julio, el 19 de agosto y el 18 de septiembre.
Precisamente esa última coincidirá con otro fenómeno digno de contemplar, un eclipse parcial de Luna observable en América, Europa y África. La fase de parcialidad visible desde España comenzará a las 4:13 hora oficial peninsular y terminará a las 5:16.
Actividades en torno al solsticio de verano de 2024 en Andalucía
La llegada del solsticio de verano ha sido celebrada desde tiempos remotos y por diferentes civilizaciones, al vincularse a ritos de cosecha, abundancia y fertilidad. Prueba de ello es que la orientación de diferentes lugares arqueológicos coincide con el recorrido del Sol durante el solsticio.
En Andalucía podemos encontrar un auténtico muestrario de la importancia astronómica y cultural que tenía nuestro astro rey desde la prehistoria en el Sitio de los dólmenes de Antequera. Cada uno de los megalitos del complejo, declarado Patrimonio Mundial, está orientado a una dirección diferente, bien hacia el Sol o hacia objetivos terrestres: el dolmen de Viera hacia los ortos solares en los equinoccios, el tholos de El Romeral hacia la mitad occidental del horizonte, concretamente hacia la Sierra de El Torcal, y el dolmen de Menga hacia el perfil antropomórfico de La Peña de los Enamorados.
Es por ello que el conjunto arqueológico, a modo de celebración, abre las puertas del complejo en un horario más temprano de lo habitual (en primavera, otoño y verano; en invierno se observa al mediodía), para que los fenómenos lumínicos que se producen en los monumentos puedan ser observados por el público que lo solicite. En concreto, coincidiendo con el solsticio de verano, la actividad tendrá lugar en el dolmen de Menga los días 20, 21 y 22 a las 6.45 horas, únicos días del año en que se produce la incidencia directa de los rayos del sol sobre el lateral norte del monumento.
La jornada se completa con visitas guiadas a los tres sepulcros, haciendo especial hincapié en las características particulares de orientación de cada uno de ellos. Para participar es imprescindible realizar la solicitud de reserva, ya que el aforo es limitado a 25 personas por razones de conservación.
Además de esta actividad, el verano es la época más favorable para que observatorios, asociaciones astronómicas y empresas de astroturismo organicen eventos para disfrutar del cielo nocturno. Destacan los enmarcados en la cuarta edición de ‘Ciencia al Fresquito 365’, una iniciativa de la Fundación Descubre y la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía para llevar la cultura científica a todos los rincones de Andalucía. En la Agenda de El Séptimo Cielo iremos dándole difusión para encontrar aquellos que más se ajusten a nuestras necesidades. Compartimos un par organizados coincidiendo con el solsticio de verano de 2024:
- La Ciudad de las Estrellas, proyecto de divulgación científica y espacial de Espacio CiE, comienza su programación de verano con una de las actividades más demandadas, las Observaciones del Cielo desde el Punto Mágico del Templo de Hércules, en Sancti Petri (Cádiz). La primera será el 20 de junio y a partir de ahí todos los jueves de julio y agosto de 22.00 a 24.00 horas.
- El Cosmolarium del Castillo de Hornos de Segura (Jaén) organiza el sábado 22 de junio una velada inolvidable bajo el cielo estrellado para celebrar el solsticio de verano. Será un viaje cósmico a través de la inmensidad del espacio, para conocer los secretos y la belleza de esta noche especial.