11F: la importancia de tener referentes femeninos en la ciencia del pasado y el presente
Elena Fernández es la investigadora más joven del Instituto de Astrofísica de Andalucía, donde realiza el doctorado. La almeriense es consciente de que para seguir avanzando hacia la igualdad plena en la ciencia hay que incidir más en la educación desde la infancia, enseñar modelos de mujeres que han existido a lo largo de la historia sin cuyas investigaciones nuestros avances científicos no serían los mismos. Con tal fin se celebra cada año el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Esta semana se celebra, como cada 11 de febrero, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una efeméride declarada por la ONU en 2015 para sensibilizar a la población sobre la importancia de fomentar y promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. Andalucía se suma anualmente a esta cita con numerosas actividades organizadas por diferentes instituciones dedicadas a la educación e investigación en nuestra comunidad para, por un lado, visibilizar el trabajo de las mujeres que se dedican a las áreas STEM (conocidas así por las siglas en inglés de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), creando de esta forma referentes femeninos para la infancia que puedan contribuir a la elección de estas áreas como carreras profesionales.
Por otro lado, algunas de las acciones convocadas permiten exponer y debatir sobre aquellos factores que afectan a la situación actual de la mujer en las áreas STEM, así como acerca de las prácticas que se pueden impulsar para su eliminación y alcanzar la igualdad de género en el ámbito científico. Y es que, pese a que las féminas son mayoría en la universidad, su presencia está por debajo del 36 por ciento de los estudiantes de grado en matemáticas, física, ingenierías e informática, según el último informe realizado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), documento de referencia en la universidad española.
La Fundación Descubre es una de las entidades que participa en la conmemoración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, impulsando la celebración de varios Cafés con Ciencia en cada una de las provincias andaluzas. Además, en sus diferentes portales, ofrece numerosos recursos para visibilizar a mujeres que han sido determinantes en el avance científico. Concretamente en el ámbito de la astronomía, El Séptimo Cielo dispone desde material didáctico a exposiciones sobre astrónomas que hicieron historia. Reseñas de nombres propios de la época clásica como Hipatia de Alejandría; pasando por la primera astrónoma profesional, Caroline Herschel; mujeres del Observatorio de Harvard como Williamina Fleming, Henrietta Leavitt y Cecilia Payne que reformaron y modernizaron la astronomía; Vera Rubin, estudiosa de la materia oscura; hasta llegar a la primera astrónoma profesional en la universidad española, Assumpció Català.
Todas ellas miraron al cielo y han dejado huella por sus logros y descubrimientos innovadores. Pero la historia continúa, y cada día son muchas las mujeres que siguen observando el universo y plasmándolo en sus investigaciones. Sin ellas, nuestros avances científicos no serían los mismos.
Sin ir más lejos, en Andalucía contamos con una experta en atmósferas planetarias y la exploración de los cuerpos del Sistema Solar como Luisa Lara López, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), que participó en la Misión Rosetta al cometa 67P, de marcado acento andaluz y, posteriormente, en Bepi Colombo para la exploración de Mercurio; en Juice, que estudiará Júpiter y los satélites galileanos; y en la próxima EnVisión, dedicada a Venus.
Otro ejemplo es Olga Muñoz, al frente del Laboratorio de Polvo Cósmico del IAA, un centro de investigación único en el mundo que participa, por ejemplo, en el proyecto DUSTER, que estudiará las partículas de polvo lunar y el riesgo que suponen para la salud de los exploradores humanos y para los instrumentos espaciales.
La investigadora más joven del IAA: Elena Fernández
Referentes femeninos cercanos en los que pueden verse reflejadas las nuevas generaciones. A esa promoción pertenece nuestra protagonista, Elena Fernández García, almeriense de tan solo 23 años. Tras cursar el Grado en Física en la Universidad de Granada (UGR), realizó un Máster Universitario en Física, con especialidad en Astrofísica, también en la UGR, y actualmente se encuentra desarrollando el doctorado en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, donde se ha convertido en la investigadora más joven.
Elena nos transmite su pasión por la cosmología. Era la parte que más le gustaba de la Física desde que era pequeña. «Siempre me había interesado mucho todo lo relacionado con el origen del Universo y entender por qué estamos aquí», asegura. Tenía claro, por tanto, desde niña que quería ser científica, no exactamente que se decantaría por la Física, «aunque me había gustado y atraído la idea de estudiarla», pero solo barajó carreras científicas antes de entrar en la universidad.
La almeriense es una firme convencida de que existe vocación en la ciencia. «Veo muy complicado poder sobrevivir en este mundo sin vocación. Lo que más me atraía de la ciencia era, aparte de poder entenderla (en concreto la cosmología), poder aportar mi granito de arena», subraya.
A la hora de citar referentes en su vida lo tiene claro: la más importante, su madre. «Ella es ama de casa y se encargó de criarnos y educarnos a mí y a mis dos hermanas, inculcándonos valores que nos han motivado a esforzarnos por ser mejores, a construir un futuro prometedor y a ser independientes. Ojalá pudiera hacer yo por alguien todo lo que ella ha hecho por mí a lo largo de mi vida».
Importancia de la educación para avanzar hacia la igualdad plena
Preguntada por los principales retos a los que ha tenido que enfrentarse en estos años, apunta a la propia carrera de Física como el más importante. «Fueron unos estudios bastante difíciles, y en mi caso tuve que lidiar con ello a la vez que me enfrentaba a haberme ido de mi casa, ya que yo vivía en Almería y la carrera la hice en Granada porque allí no se ofertaba». Sin embargo, afirma no haber sentido ningún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer, «o al menos no permití que por ser mujer existiera ninguna barrera para mí».
Pese a no haber experimentado esa brecha de género, Elena Fernández es consciente de que para seguir avanzando hacia la igualdad plena en la ciencia hay que incidir más en la educación desde la infancia, «enseñarles modelos que han existido a lo largo de la historia de mujeres que han hecho cosas muy importantes en ciencias; que existen pero han sido silenciadas por algún motivo u otro. Yo creo que, al menos antes, cuando éramos pequeñas, solo nos mencionaban a grandes físicos hombres, a excepción de Marie Curie, que parecía que era la única gran científica que existía, y eso inconscientemente, y erróneamente, podría habernos hecho pensar que es un campo en el que solo los hombres han tenido éxito. Pero la verdad es que han existido mujeres que han hecho cosas muy importantes para la humanidad, mientras los méritos se los acabaron llevando hombres».
Sin dudarlo, esta joven física considera que la desigualdad puede afectar al desarrollo de la investigación científica, poniendo de relieve el talento femenino. «Entiendo que en una investigación o en una empresa se obtienen mejores resultados cuando hay muchas cabezas que piensan de forma diferente e intentan resolver un mismo problema de formas distintas y, en general, creo que los hombres y las mujeres pensamos de manera muy diferente», añade.
Elena se ha convertido en la investigadora más joven del Instituto de Astrofísica de Andalucía, y se siente muy «afortunada» por formar parte de una institución de referencia en la ciencia andaluza y mundial como esta. «Siento que es un honor para mí haber llegado hasta aquí. Muchas veces veo noticias científicas del campo (es decir, noticias de astrofísica) y titulares relacionados con descubrimientos llevados a cabo por el Instituto de Astrofísica de Andalucía y, aunque yo no haya tenido nada que ver ni haya participado, me hace sentir afortunada de poder estar rodeada de gente tan talentosa», admite.
Apuesta por el talento femenino
Tanto en esta como en otras entidades, públicas y privadas, nuestra investigadora cree que existe una apuesta real por el talento de las mujeres, especialmente de las jóvenes. «En general hay muchas iniciativas para intentar atraer a las mujeres al mundo de la ciencia, como becas, ayudas, cursos, etc, por lo que creo que hay mucho esfuerzo por intentar atraer a las jóvenes al mundo científico, especialmente al mundo tecnológico o de la ingeniería».
Haciendo un poco de retrospectiva y viendo los logros conseguidos en materia de igualdad, todavía entiende que la presencia femenina en la ciencia del futuro seguirá dependiendo del área científica en que nos movamos. «En la parte más relacionada con la salud o la química y biología creo que sí que hay presencia femenina mayoritaria. El problema suele estar, en mi opinión, en las áreas de tecnología, ingenierías, y en física y matemáticas». Fernández ha sido testigo durante su etapa universitaria del «desequilibrio» en esas ramas, aunque reconoce que últimamente el número de chicas que optan por estas carreras está aumentando.
Desde su corta aunque intensa experiencia, la investigadora almeriense anima a dar el paso a todas las niñas qué, como ella, quieran ser científicas o a aquellas que tengan dudas sobre si decantarse por las áreas STEM. «Les diría una frase que me dijeron a mí antes de la carrera, y que en su momento no le di mucha importancia, pero a día de hoy me doy cuenta de lo cierta que es la frase: Querer es poder».
Ella ha luchado por cumplir su sueño de niña y no cabe duda de que su nombre se sumará al de muchas otras mujeres que han contribuido y contribuyen a mejorar nuestra forma de ver y entender el universo.
*Imagen de portada: Freepik